Con Base en la Investigación, Gestión e Injerencia en Organismos e Instituciones

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Manuel Ortiz Pérez (Foto: Página 24)


Manuel Ortiz Pérez es especialista en medio ambiente y ciencias de la tierra, por eso invitó a Martha Márquez Alvarado para que impulse desde el Senado la creación del Observatorio Ciudadano del Agua, ya que está convencido que “para que funcione el gobierno del vital líquido debe estar en manos de un órgano descentralizado conformado por personas que realmente sepan del tema y que vengan de todos los estratos de la sociedad”.

Dicho observatorio sería autónomo y cualquier cosa relacionada con ese tema debe ser analizada y validada por ellos antes de que los diputados lo voten.

De ahí la urgencia de que antes de que Martín Orozco Sandoval se vaya, valide la creación de dicho observatorio para que sea el máximo órgano de decisión en materia de aguas, con base en la investigación, gestión e injerencia en organismos e instituciones peritos en el tema.

Quienes integren dicho observatorio no tendrán límites en realizar un ordenamiento hídrico de las subcuencas Juchipila y Río San Pedro inmersas en la cuenca del Río Verde, a escala de 1:50 mil conforme a la metodología de la Semarnat, en el que participará gobierno del estado, municipios correspondientes, entidades productivas y organizaciones sociales.

Además se podrá transparentar información pública que tanto Veolia como CCAPAMA han ocultado, como se ha denunciado en reiteradas ocasiones mediante distintos mecanismos.

Ortiz Pérez criticó que en cada fraccionamiento nuevo que se construye se otorguen permisos para perforar sus “propios” pozos, sin tomar en cuenta que “ya no hay agua”.

No falta mucho para que se llegue hasta la tercera etapa del subsuelo en donde el agua salga con exceso de metales que la haga inapropiada para consumir.

Por eso se requieren personas que realmente sepan del tema hídrico y de la realidad del terreno de Aguascalientes, aunado a todo el líquido que se desperdicia en las fugas.

La respuesta no está en perforar pozos, sino en hacer lo que corresponda para que las cuencas sigan alimentándose para garantizar el abasto de agua.