“No Amas de Casa, ni Abnegadas”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Edna Catalina Monreal Pérez

Edna Catalina Monreal Pérez aseguró que ser hija de Ricardo Monreal Ávila ha sido benéfico porque desde niña creció dentro de la política y sabe lo que hay que sacrificar para dedicarse al servicio público, pero también desde muy temprana edad descubrió que “en México hay millones de mujeres que siguen siendo ‘invisibles’ porque los puestos importantes, hasta hace relativamente poco tiempo, eran designados para los hombres”.

En un país donde hay reglas no escritas sobre el machismo y en donde al día de hoy el sueldo de las mujeres es 30 por ciento menos que el de los varones, así sea por desempeñar el mismo trabajo, no es otra cosa que el que “nos siguen viendo como amas de casa y abnegadas y no somos ni una cosa ni la otra”.

Catalina destacó que ella es madre de dos hijos, uno de los cuales tiene una discapacidad, y tuvo que aprender a desempeñar todos los papeles al mismo tiempo: “Llevar las riendas de una casa, ser madre, profesionista y todo lo que de ello deriva”.

En el siglo XXI se insiste en la cultura mexicana que “somos amas de casa porque amamos realizar el trabajo de limpiar, cocinar, cuidar hijos, estar al pendiente del marido y todavía debemos ‘agradecer’ cuando dicen que los hombres ‘nos ayudan’ en lo que hay que hacer tanto en el hogar como con la familia y no, no es así”.

No es en los hombres donde debe de cambiar el chip, “es en nosotras, las mujeres. Que exista no solidaridad, sino sororidad, que nos apoyemos y que todas las que deben de realizar trabajos extenuantes para sobrevivir o están en condición de calle, tengan el respaldo de las que contamos con mejores oportunidades”.

Monreal Pérez ejemplificó que entre hombres, como “manada”, se apoyan unos a otros y jamás se destruyen por tener un puesto mejor. Al contrario, se ayudan y hasta son cómplices en muchas cosas para que las parejas no se den cuenta de lo que hacen y que ellos ven como algo normal, porque se consideran “superiores” por el simple hecho de ser varones, como el tener varias mujeres a la vez, reunirse y divertirse mientras “sus” esposas están en el hogar limpiando, cocinando y cuidando a los hijos”.

Todo es de igualdad, porque también ellas tienen el mismo derecho a salir con sus amigas a divertirse y ellos de estar en casa cuidando hijos, limpiando y cocinando.

“No podemos hablar de que existen las mismas oportunidades cuando no hemos tenido una mujer presidenta de México, gobernadoras muy pocas, igual que alcaldesas. En las empresas pasa lo mismo, hay reglas que no están escritas y que se acatan por cultura. Hay que romper esos vicios y buscar que sea una realidad la igualdad en todos los sentidos. No se puede hablar de equidad de género cuando hay mujeres jefas de familia que tienen que hacerse cargo de todo sencillamente porque el hombre prefiere huir antes de ser responsable para lo que colaboró que existiera: como son los hijos, y una familia que no funcionó porque en la generalidad son ellos los que evaden lo que deben hacer”.