Fotografía relevante a la nota.

Juan Antonio Martín del Campo
…por su obsesión, perdió la cordura…

UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
LO QUE QUEDA DEL GENERAL HIDALGO EDDY, ESTUVO AQUÍ…

El martes 7, invitado por el senador Juan Antonio Martín del Campo estuvo por aquí el general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, secretario de Seguridad Pública de Aguascalientes, en los últimos dos años del gobierno panista de Luis Armando Reynoso Femat, y en los primeros cuatro del gobernador priísta Carlos Lozano de la Torre.

Enfermo, con la memoria perdida, sin la enjundia que lo caracterizó y sin poder levantarse de su silla de ruedas, después de participar en el Foro de Seguridad llevado a cabo en la decadente Cava Domecq, lo que queda del general Hidalgo fue entrevistado por esta Casa Editorial y otros medios de comunicación: parco, “respetuoso”, se negó a comentar sobre Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, quien, como el lector sabe, tiene decenas de denuncias penales por tortura y fabricación de culpables: “Yo no puedo opinar nada de eso, menos de Felipe de Jesús Muñoz.

Pregúntenme de lo mío, no de otras personas”, respondió olvidando que el entonces “Procurador de Hierro”, investigó que “él, Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, tenía nexos con el Cártel de la Oficina, de quien periódicamente recibía cientos de miles de pesos, en sobres de papel Manila, que el director de la policía municipal Benjamín Andrade Esparza, le entregaba personalmente en su oficina, según consta en varias averiguaciones”, lo que provocó fuerte enfrentamiento entre ambos, porque también el general Rolando tildaba de narco a Felipe de Jesús, además de cocainómano y borracho.

Se le insistió que hablara sobre el tema de las acusaciones de tortura que pesan sobre su entonces compañero de Gabinete, por lo que contestó escuetamente: “La Justicia no ha entrado en acción”, y no soltó más.

El general ya borró de su memoria aquel martes 9 de diciembre de 2014, “cuando el entonces gobernador Carlos Lozano de la Torre lo corrió no sólo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, sino de Aguascalientes”: Carlos Lozano “no tuvo el valor de hombre, me corrió con un simple papel quemado”, tronó en entrevistas telefónicas con los locutores Alberto Viveros Lozano y José Luis “La Víbora” Morales Peña.

Dos días después, este tunde máquina en este mismo espacio en el que ha escrito esta columna desde diciembre de 1983 (casi 38 años), redactó: CRÓNICA DE UN CESE… Largamente anunciado: cuatro años, nueve días.

En efecto, el pasado martes 9 de diciembre, el general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy fue cesado “vergonzosamente” de sus cargos de Secretario de Seguridad Pública (SSP) y operador del Mando Único.

“Humillado”, por tal despido que no esperaba, tronó contra el gobernador Carlos Lozano de la Torre: “Me corrió con un simple papel quemado… ni siquiera tuvo el valor de hombre…”.

Y es que el irascible general esperaba que “mi jefe, el señor gobernador, que es el que manda, lo hiciera de manera personal”.

No fue así e Hidalgo Eddy echó todo el rencor acumulado en contra del actual titular del Poder Ejecutivo que “tiene a toda su descendencia trabajando en el Gobierno, a todos: desde sus hijas, esposa, amantes, todo”.

Astuto como pocos, a su llegada a Aguascalientes Rolando Eugenio se sirvió de una prensa zalamera que lo presentaba como “el salvador de la patria chica: el mejor, el más grande jefe policiaco que hayamos tenido en Aguascalientes”.

Fama que fue alimentada hasta por el cónsul de Estados Unidos en México, quien, con el pretexto de un “intercambio educativo” visitó Aguascalientes el 19 de agosto de 2013.

Esa tarde, en Casa de Gobierno, Carlos Lozano de la Torre “El Patrón”, le brindó una comida al cónsul, teniendo como testigos a empresarios y periodistas; ahí, Anthony dirigió palabras elogiosas al general Hidalgo, “pues es el artífice de la paz social que goza Aguascalientes”.

No alcancé a ver la reacción del general, pero sí las de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez “El Procurador de Hierro”, que estaba sentado al lado del Jefe de Gabinete (Javier Aguilera García), llamado ahora “El Jefe de Jefes”, mote con el que comulga.

Yo estaba frente a ellos y las palabras elogiosas del cónsul hacia el general no les cayeron nada bien; y los dos brazos ejecutores de “El Patrón” no pudieron disimularlas, reflejaron de inmediato su molestia y frustración, pues el procurador no mereció una sola mención del cónsul.

Pero, ¿cuándo comenzó esa animadversión entre ambos jefes policiacos? Se dice que a los pocos días de haber iniciado el actual sexenio: “Cuando el general Hidalgo Eddy fue a ‘visitar’ al Procurador para reclamarle por qué no le había mandado ningún informe de sus labores, como lo hacían los procuradores en turno”.

De inmediato Muñoz sacó las uñas: “En todo caso, general, es usted el que me debe entregar un informe de sus actividades, pues yo soy el procurador general de Justicia, estoy por encima de usted”.

Ahí comenzó el problema entre el procurador y el secretario, acostumbrado a hacer lo que se le pegara en gana, en tiempos del ex gobernador Luis Armando Reynoso Femat.

(Hay una anécdota de ese gran poder y tolerancia que le brindaron al general en la pasada administración: en una ocasión acudió con el entonces secretario general de Gobierno, Juan Ángel Pérez Talamantes a reclamarle una “intromisión”: le gritó y con el puño cerrado golpeó tan fuerte el escritorio de Pérez, que el general se fracturó el dedo meñique).

Sin embargo, Hidalgo Eddy hacía lo posible por limar asperezas con Muñoz Vázquez. En una ocasión se le preguntó al general por qué él y el procurador no se llevaban bien, y contestó: “Es falsa su percepción, el procurador y yo somos amigos”.

Pero enseguida Muñoz Vázquez lo desmintió: “Yo vine a Aguascalientes, contratado por el señor Gobernador, para trabajar, no para hacer amigos: el procurador no tiene amigos”.

Tiempo después, ante una opinión negativa del procurador hacia el general, éste contestó: “Cuando yo digo las cosas, las digo en mis cinco sentidos, no ando borracho, ni me meto nada” (y sí, a Muñoz Vázquez tenía –¿las tiene todavía?– dos debilidades: la cocaína y el alcohol).

 LA GUERRA ENTRE AMBOS YA NO PARÓ...

 En varias averiguaciones previas penales, iniciada por el Ministerio Público del fuero común, bajo la tutela de Felipe de Jesús, en 2011, salió a relucir que el general Hidalgo Eddy, decenas de policías municipales y el secretario de Seguridad Pública Municipal, Benjamín Andrade Esparza y Efrén Lucino Pérez Díaz, jefe Operativo de la misma corporación, estaban ligados al cártel del narcotráfico “La Oficina”.

Y que incluso Benjamín Andrade le entregaba periódicamente sobres llenos de dinero al general Hidalgo Eddy por parte del cártel de “La Oficina”, a cambio de la protección que le brindaba el alto militar; pero Eddy contestaba que el narco era el procurador, además de torturador y vicioso.

Los policías detenidos fueron a parar a diferentes penales de alta seguridad del país: Veracruz, Nayarit y Ciudad Juárez, Chihuahua, entre otros. Pero en octubre de ese 2011, el tristemente célebre abogado Víctor Hugo Mercader Jurado se lanzó con todo contra del procurador Muñoz y lo acusó de peligroso psicópata torturador: “Tengo información, tronó Mercader Jurado, de por lo menos 200 casos de tortura totalmente documentados, en contra del fiscal”.

Y señaló con índice de fuego la “perversa y falsa acusación en contra del general Eddy, sacada a los señores Benjamín Andrade y Efrén Lucino Pérez, por medio de la tortura”.

Y desde entonces, la fama de torturador persigue a Muñoz Vázquez como su sombra. Y más porque muchos de esos detenidos han recuperado su libertad al ser absueltos por jueces, que comprobaron que, efectivamente, las acusaciones fueron hechas mediante amenazas de tortura y muchas veces sin siquiera ver lo que firmaban, como después lo declararon ante los representantes del Poder Judicial de la Federación. El gobernador parecía feliz con ese enfrentamiento entre ambos jefes policiacos; presumía, era una jugada de jaque mate: “Eso hará que cada uno de ellos, dé lo mejor en su respectiva área”.

Pero el procurador nunca ha quitado el dedo del renglón: “El general Hidalgo es narco, yo no miento”, dice con una seguridad que raya en la obsesión.

Pero si “El Patrón” estaba cierto de que ese enfrentamiento era en beneficio de la ciudadanía, ¿cuándo y por qué fue que decidió cesar (o aceptar la renuncia) del general Hidalgo (“súper enemigo del poderoso narcotraficante ‘El Chapo Guzmán’”)? Los que saben cómo masca la iguana en Palacio de Gobierno, juran que la decisión de correr al general sucedió el lunes 1 de diciembre, cuando en su comparecencia, con motivo de la glosa del Cuarto Informe del Gobernador Lozano, ante los diputados, el general reveló que: “…Tenemos lo siguiente: han arribado en estos cuatro años, 50 mil 627 personas nacionales, asimismo 11 mil 500 extranjeros; se han instalado 23 nuevas empresas. Han venido gente de Japón, Estados Unidos, China, Canadá, Argentina…”.

Pero luego dijo a manera de disculpa: “…Van a decir: ‘Nos está informando cosas que no competen a la Secretaría’, pero eso va ligado a la seguridad (sic)”.

Ahí fue cuando Hidalgo Eddy perdió la poca, poquísima estima que todavía le pudo haber tenido el titular del Poder Ejecutivo.

Lo revelado por el general echaba por tierra el “Progreso Para Todos”, que viene presumiendo “El Patrón” desde su campaña electoral que lo llevó a Palacio de Gobierno:  Son más las personas que han llegado a Aguascalientes (62 mil 127), que empleos generados en lo que va del actual gobierno (53 mil 832, según información dada a diputados por Esaú Garza de Vega, Secretario de Economía), cifras muy diferentes de las que dio el general ante diputados.

 “POLÍTICOS TRAIDORES”…

sí las cosas, cuando el pasado martes 9, el Supremo Gobierno le cantó al general “diciembre me gustó pa’que te vayas”, la herida que tenía el general se abrió de manera descomunal y sangró en abundancia: “Usted sabe –le dijo esa mañana del martes 9 al locutor José Luis Morales Peña “La Viborita”–, las traiciones de esos políticos; si a usted lo han traicionado sus compadres, qué esperamos los mortales que venimos nada más a trabajar… Me voy mal, no era la forma de que me hicieran esto, pero me voy con la frente en alto. Dejo una policía estructurada”.

 “LOS POLÍTICOS SON ASÍ…”

Pero fue en el noticiario del locutor Alberto Viveros donde el general dejó gran charco de sangre, sangre que salpicó a todo el Gobierno del “Progreso Para Todos”: “Los dejo (sic) me voy dolido con la gente que no tiene (…), hoy escuché unas palabras falsas, huecas, son falsas esas palabras ¿sí? Los políticos son así”.

 “UN SIMPLE PAPEL…”

“No es de hombres –continuó el general–, ni siquiera hubo reunión de Gabinete (para decidir el cese), no hubo llamada, no hubo nada, fue un simple papel quemado con una huella de alguien que no tiene ni siquiera el valor civil, el valor de hombre”.

 “HIJAS, ESPOSA, AMANTES…”

“Esos son nuestros políticos, esa es la gente que dirige Aguascalientes, la gente que tiene a toda su descendencia trabajando en el Gobierno, a todos: desde sus hijas, esposa, amantes, todo”.

 “TODOS VAN AL CAJÓN…”

“Hay un dicho, siguió diciendo el general Hidalgo Eddy: el rey, la reina, el alfil, el caballo, la torre y el peón, al término del juego todos se van al cajón.

“Tarde que temprano, todos van al cajón. “Se terminará ese virreinato de elocuencia, de grandes dotes que ahora tienen: llegar a ser lo mismo que antes, volver a comer en el plato de barro”.

 Y CON ESTA ME DESPIDO…

Esta Casa Editorial ha intentado entrevistar al general Hidalgo, pero luego de esas declaraciones, el militar se volvió humo.

Los rumores crecen, van y vienen, dicen que en cuanto terminó de hacer las declaraciones a esos medios de comunicación, sus amigos le dijeron: Cuídate Eugenio que por a’i te andan buscando, son muchos hombres… Otros aseguran que en unos días más, “el general revelará grandes secretos que harán tambalear a muchos políticos y jefes policiacos”.

¿Será? Hasta aquí la columna publicada aquel jueves 11 de diciembre de 2014

NO SUCEDIÓ NADA MÁS...

 Hasta ahorita.

A poco más 10 años de distancia de que Felipe de Jesús –quien fue “cesado por actos de corrupción” de su cargo de subprocurador especializado en Investigación de Delitos Federales (SEIDF) el domingo 2 de junio de 2019–, amenazó con pedir una orden de aprehensión contra el “narcogeneral”, y de que a Rolando Eugenio se olvidó de su amenaza de que “tarde que temprano, todos van al cajón”, los dos guardaron sus fierros y dejaron de pelear, porque ambos corrían el riesgo de terminar tras las rejas, de comprobarse sus mutuas acusaciones de pertenecer al narco.

Cambiado, muy cambiado regresó Rolando a Aguascalientes para participar en el susodicho Foro de Seguridad patrocinado por el obsesionado suspirante a candidato del PAN a gobernador, Juan Antonio Martín de Campo, quien a decir del general llevan una relación muy cordial “lo conozco muy bien y ha ido varias a San Miguel de Allende, (Guanajuato) y lo saludo”, pero niega que el senador de Rancho Nuevo, El Llano, le haya pedido asesoría: “Yo me dedico a mi trabajo allá (“secretario de Seguridad Pública Municipal”), con un sueldo nominal casi igual al del presidente municipal, el panista Luis Alberto Villarreal García: 100 mil pesos mensuales.

Nada mal para un general jubilado que, a sus 76 años y en silla de ruedas dirige a la policía municipal de San Miguel de Allende, “de manera virtual”, ¿no cree usted? Y ante la promesa de Toño Martín del Campo de darle chamba si llega a la gubernatura en 2022, Rolando Eugenio contestó: “Me llena de alegría el corazón, quiere decir que no hice mal las cosas y ahí refleja con la gente.

Creo que a todos los que nos vamos nos gustaría volver a Aguascalientes”, pero esto ya lo verá hasta que termine su chamba en San Miguel de Allende, después ya veremos, finalizó (Villarreal García es alcalde desde el 10 de octubre de 2018).

 DESESPERADO, MUY DESESPERADO...

 Me platican que Juan Antonio Martín del Campo, senador de la República que, como dice Pepe Guzmán “¡a huevo!”, quiere ser el próximo candidato del PAN a gobernador de Aguascalientes, desayuna, come, cena, sueña y despierta obsesionado en ser el sucesor de Martín Orozco Sandoval.

Se la vive pensando en cómo ganar reflectores que lo catapulten hacia Palacio de Gobierno: hace todo tipo de eventos, organiza foros en la Cava Domecq, con personajes tamal: de chile, dulce y manteca.

Apoya, con saliva, proyectos de cultivo de tilapia, ranas, girasoles y ninguno le cuaja; organiza conferencias de prensa para hablar de democracia, buen gobierno, respeto y tolerancia y termina no sólo criticando al Presidente de México, sino insultándolo.

Coquetea con el PRD, con Movimiento Ciudadano (MC), acudió a Monterrey de “pasadita” para tomarse la foto con Samuel García de MC, gobernador electo de Nuevo León y subirla a las redes sociales.

Continuó su viaje a Estados Unidos para entrevistarse con los dueños de los billetes verdes, a quienes –dice– intenta convencer para que inviertan aquí varios miles de millones de dolarucos en la construcción de un aeropuerto de carga.

Pero Martín Orozco le bajó rápidamente la moral al declarar que tal proyecto él lo traía desde que entró a Palacio de Gobierno, pero que lo gabachos lo rechazaron porque era mucha la inversión.  Acude con “La Víbora” Morales, sin importarle servirle de patiño y/o de cómplice para denostar al gobernador Martín Orozco.

Y lo último que llegó a mis oídos es que el de Rancho Nuevo, en su desesperación, ya hasta anda buscando médiums para que lo asesoren en su plan de venderle su alma al diablo, con tal de ser él no sólo el candidato del bolillo, sino el gobernador de Aguascalientes.

Aunque siente la muerte chiquita con tan sólo pensar que se repita ”aquel maldito día de 2016”, cuando confiado voló a la Ciudad de México para recibir la bendición de Ricardo Anaya y su grupo, y se encontró con que el bueno para la candidatura era Martín Orozco Sandoval.

El pasado martes 7, en entrevista colectiva, criticó acremente a su propio partido, el PAN, a los gobernantes del PAN y a los dirigentes del PAN: “Morena sigue ganando espacios porque nosotros estamos haciendo algo mal (sic). He criticado a mi partido y somos la oposición, pero no ha sido opción.

Y convertido en un panista de alto rango, ordena: “Quiero un partido que sea opción para los ciudadanos y un buen gobierno con transparencia, honestidad y trabajo; no hemos logrado colocar parte de este mensaje (¿?) y reiteró: Algo estamos haciendo mal, por eso urge una reflexión interior.

Hay datos donde, afortunadamente, hay cierta preferencia hacia el PAN ( son encuestas que él paga y en donde el PAN y él aparece en primer lugar en todos los rubros), pero no debemos confiarnos y pensar que esto ya está dicho o cocinado.

“A mí me tocó en 2007, cuando creíamos que todo era un trámite y, oh sorpresa, perdimos por la soberbia (Arturo Estrada fue derrotado por Gabriel Arellano, recuperando el PRI la alcaldía de Aguascalientes). Espero no nos pase en esta ocasión (con la gubernatura).

Y continuó con sus “sabios” consejos: “Nos olvidamos y desvinculamos de la sociedad y nos pasa a todos. Hace falta sensibilidad para seguir escuchando a la gente, y esa es la razón por la que algunos estados votan por Morena y no por el PAN. Tenemos que hacer una crítica al interior del partido porque algo hemos estado dejando de hacer y ellos sí (lo) están haciendo”.

Y se comprometió con reporteros y algunos seguidores que si él era gobernador “traería al general Hidalgo Eddy para trabajar juntos”, y bla, bla, bla…

Para enseguida criticar a su villano favorito: Andrés Manuel López Obrador, llamándolo mentiroso y criticando los descuentos que hace del presupuesto para invertirlos en el Tren Maya.

Y, por último, un hilillo de sangre le salió de entre la comisura de su labios al criticar la consulta para la revocación del mandato, ya que AMLO “fue electo por seis años, no por tres, cuatro o cinco, fue por un sexenio y debe esperar a 2024 para entregar el cargo ya que la gente lo eligió para que fuera el presidente de los mexicanos por seis años”.

 Y CON ESTA ME DESPIDO...

 ¿Ve el lector cómo “Martín del Rancho” ya perdió la cordura? Hace falta recordarle que la raza de bronce votó por él, para que fuera su senador por seis años, y no por tres, pero sería en vano, porque el pobre hombre ya perdió la cordura, no sabe ni lo que dice y cae, reiteradamente, en su propia trampa.

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 9).