De la Nueva y Vieja Política

Por Daniel Barrera*

Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Coparmex (Foto: Archivo/Página 24)

Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Coparmex (Foto: Archivo/Página 24)

SE SIENTEN dueños de la ciudad, del país, manteniendo a las castas políticas, imponiendo los intereses particulares. Desacreditan todas las formas que no vayan acorde a su modus operandi. Ahí tenemos el intento fallido de la Coparmex de nombrar vocero a Javier Lozano. ¿Es tan profunda la crisis de liderazgo de la derecha? ¿Puede ser más claro el mensaje con quiénes están estos grupos que quieren tener además del poder económico el político?

DISFRUTAN DE hacer públicas las deu­das, y que el pueblo las pague, buscan alia­dos en el Fondo Monetario Internacional, en el Banco Interamericano de Desarrollo, y hasta en EU. Son los mismos conservadores de siempre, la nueva ultraderecha, los an­ti-transformacionistas. Quieren todo, hasta el cuarto poder. Nadie rehuye a la crítica constructiva, pero el golpismo es siniestro.

SON TIEMPOS distintos, hoy ya no hay tantas movilizaciones, hoy estamos centrados en relaciones asimétricas de po­der, que demeritan la labor de nuestra clase trabajadora, pero hoy el pueblo es gobierno. Tenemos muy honorables y respetados empresarios, a ellos hay que admirarles e impulsarles, pero no a aquellos que con su desdén y pacto con la ultraderecha, hacen menos al empleado, al obrero, ellos que son en verdad el motor de nuestra economía.

“EL NORTEXIT”, y el desalineo al pacto fiscal que plantean gobernadores de oposición, apoyado por este sector privado, muy privado, y de los allegados incrédulos, o quienes rechazan un nuevo proyecto, lo único que hace es revelar la visión de país que se tiene… una república que denigre a los de abajo, a la pobreza. No soportan que todos salgan adelante.

OLVIDAN QUE vale lo mismo una azucarera en el sur, que una cementera en el norte, o una textilera en el Bajío y no deberían alardear con su sustancial aporte al PIB, conducta capitalista, separatista, que afectará si la dejamos crecer a todo el pueblo de México. Ya lo hemos vivido. Yucatán, alguna vez sufrió de esta guerra de castas: unas politizadas y otras esclavizadas. La República de Yucatán promovida por el le­gislativo, de 1840 a 1848 es muestra de ello. Se enriqueció a costa de la esclavitud, del despojo, de la tortura, y lo siguió haciendo durante el porfirismo justo en la transición al siglo XXI, la explotación al pueblo yaqui y maya, para la extracción del oro verde de aquella época: el henequén. Hay quienes insufriblemente están pidiendo otra vez lo mismo. Ya escuché a algún funcionario (imagínate de cuál partido) decir que en el sur se encontraban los mantenidos y la “PESTE” de México.

EN FIN, necesitamos mucha madurez política, la interacción del pueblo en la po­lítica, enfrentar las ideas, los argumentos y la desinformación. México tiene abiertos los ojos, la conversación política nuevamente está en las mesas de las familias, en espacios digitales que ya se convirtieron en públicos. La población exige mejores oportunidades y mejores líderes, capaces de dar crecimiento, pero también justicia, diversidad, equidad y mayor calidad de vida. Las necesidades cambiaron, yo diría que evolucionaron, y con ello la forma de hacer las cosas. La 4ta transformación está en manos del pueblo, de la inmensa mayoría y ningún autoprocla­mado dueño de México nos la va arrebatar.

* Licenciado en Comunicación Organiza­cional. Miembro del Colectivo La Chinaca, exmiembro del Consejo Universitario por la Universidad Autónoma de Aguascalientes