Felipe de Jesús Muñoz Vázquez | José Rogelio Mandujano Aguilar

Felipe de Jesús Muñoz Vázquez | José Rogelio Mandujano Aguilar

* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
ATENTADO CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA… Y DE EXPRESIÓN.

Como el lector está enterado, la madrugada del lunes 8 de julio agentes de la policía federal, armados hasta los dientes y en varios vehículos, apoyados por personal del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), se presentaron a la “Catedral del Periodismo”, para ejecutar dos especiales encomiendas:

“Cumplimentar una orden de aprehensión en contra de Ramiro Luévano López, y un cateo” a las instalaciones de esta casa editorial ubicada en Zaragoza 205, sembrando terror entre el personal de Redacción, que estaba dedicado al cierre de la edición del martes 9 del Diario Página 24 y el del semanario TRIBUNA LIBRE roja.

Comenzaron a revisar computadoras, documentos, abrieron cajones: el personal fue interrogado y lo arraigaron en el edificio sede: “No nos dejaron salir, prácticamente nos privaron de nuestra libertad”, por varias horas.

Utilizaron un “diablito” para decomisar varios miles de ejemplares de TRIBUNA LIBRE atrasados, para posteriormente sellar puertas en talleres, redacción, oficinas, puertas y portón de acceso.

Posteriormente acudieron en tropel a los talleres de impresión ubicados en Reyes Heroles 203, para asegurar “todo” y colocar sellos con la siguiente leyenda:

Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delitos Federales

UEIDDAPI

A S E G U R A D O

A. P. 0 0 1 / VEIDDAPI/ 2 0 1 8

Con fundamento en los artículos 16, 21 y 102 Apartado “A” de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 123 y 123 BIS del Código Federal de Procedimientos Penales. A la persona que quebrante el presente sello sin la autorización, será sancionada en términos del Código Penal Federal.

 La violación de sello constituye un delito.

Hasta aquí lo que rezan los sellos colocados en nuestras instalaciones y talleres de impresión.

Como lo puede constatar el lector, sólo faltó la firma de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, aunque honor a la verdad ni falta hace pues la fecha de la Averiguación Previa lo evidencia formalmente: en enero de 2018, “El Torturador de Hierro” todavía fungía como titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delitos Federales.

Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, porque se entera uno de muchas cosas, que el nuevo régimen federal tiende a desaparecer, según prometió Andrés Manuel López Obrador, a quien más de 30 millones de mexicanos llevamos a Palacio Nacional, para que desde ahí gobierne un país con casi 125 millones de habitantes.

 CREDENCIAL VENCIDA…

 En este nuevo atentado contra la Libertad de Prensa y Expresión, como jefa de la banda fungió un tal José Rogelio Mandujano Aguilar, quien se identificó con la credencial a su nombre número 615789, con fecha de vencimiento en 2018, o sea que el tal José Rogelio, tiene poco más de año y medio laborando de manera irregular, tal vez al margen de la ley, o violando reglamentos.

Sorprende que el resto de policías federales preventivos no portaran identificación alguno, señalando que el responsable era el tal José Rogelio, por lo cual no era necesario identificarse, ya que él era el responsable del atentado a la libertad de prensa y expresión.

También sorprende, que ante la falta de policías, porque ese día todavía miles estaban en huelga, hayan enviado tal cantidad de elementos con armas de alto poder, para poner sellos a las instalaciones de Página 24 y TRIBUNA LIBRE.

No sabía que fuésemos tan peligrosos, porque hasta Ma. del Refugio Martínez, socia de Rodolfo Franco, llegó con dos guaruras dispuestos a ofrendar su vida si alguien se atrevía a tocarle un pelo a la cincuentona mujer de negro, mejor conocida como “La Cucaracha”.

En fin, quien esto escribe no ha sido detenido ni anda huyendo, ni tampoco es prófugo de la justicia, menos muerto, como comentó un hipócrita y mamón bloguero: sigo vivito y coleando, aunque sí estoy citando para responder la demanda del par de bandidos que, en su locura, gritan al mundo entero que los dueños de los títulos de mis periódicos son ellos y nadie más que ellos.

¿No se le hace al lector que este par de ratas ya se pasaron de tueste? La verdad esto es cosa de locos: su patrón, jefe, o amo, José Luis “La Víbora” Morales, sabe perfectamente bien que tanto Página 24, como TRIBUNA LIBRE, son de mi propiedad, que se haga pendejo es por conveniencia: está loco pero no pendejo.

De su patiño sin sueldo, de los viernes, “Carlitos” Gutiérrez Gutiérrez, lo recuerdo muy bien: fingía ser mi amigo y admirador; en esa condición zalamera, fue a pedirme una oportunidad de trabajo en Página 24, y lo contraté: fue uno de los fundadores del diario hermano, nacido el 18 de marzo de 1997, o sea hace más de 22 años.

 “Carlitos” Sabe perfectamente bien quién es el dueño de Página 24 y, por supuesto, de TRIBUNA LIBRE, pero calla cuando en el nido de víboras oye al bandido Rodolfo Franco decir que los dos periódicos son de él y de la mujer nacida en un rancho del municipio de Asientos ¿cuándo y dónde “Carlitos” perdió la admiración y el agradecimiento hacia mí? ¿Es esto de hombres? Pregunto.

Sin embargo, “Carlitos” es de los individuos que acostumbran a morderle la mano a quien les da de comer, ¿qué se puede hacer para evitarlo si así es su naturaleza?

En Página 24, “el caballero de la noticia”, como suele llamarlo el locutor de “miércoles”, se catapultó al servicio público, como jefe de prensa de Rubén Camarillo Ortega, en ese entonces Secretario de Economía (o algo así) , quien se convirtió en su padre putativo, hasta que su desagradecido hijo, o séase “Carlitos” Gutiérrez, lo transó con el sobreprecio de unos anuncios espectaculares; lo dicho: la traición y el desagradecimiento es su naturaleza.

Del segundo patiño y bufón del loco locutor de marras, Mario César Macías Zúñiga que se puede decir: se le dio oportunidad de trabajar en Página 24.

Su carta de presentación fue: “Mi madre es su fan, no se pierde un solo número de TRIBUNA LIBRE”; recuerdo haberlo bromeado: “Qué inteligente es su mamá, espero que usted también lo sea”.

Pero lo que yo ignoraba era que Mario César ya le llegaba a las drogas, tal vez por eso se le atrofió la mente y cuando en el nido de víboras, Rodolfo dice que TRIBUNA LIBRE y Página 24 son de él y de Ma. del Refugio, su mente se pone en blanco y pierde el habla.

Y la verdad no me queda más que condolerme de él: las drogas, si no matan, sí apendejan: ahí tiene el lector a Vicente Fox, que nunca pudo procrear un hijo, por eso se vio en la necesidad de adoptar a varios.

Así las cosas con estos dos de mis exempleados, que comieron de mi mano. De Rodolfo Franco y Ma. del Refugio Martínez qué puedo decir si hasta los salvé de la furia del entonces gobernador Felipe González González, vía Víctor Hugo Mercader Jurado.

Una noche llegaron corriendo a la Redacción de Página 24, ubicada entonces en Dr. González Saracho 318, pálidos, temerosos, pidieron hablar conmigo “es urgente”, me dijo la recepcionista.

-Hágalos pasar, le contesté.

-Subieron la escalera como el viento: en tres segundos ya estaban sentados frente a mi escritorio: -¡Don Ramiro, don Ramiro!, Víctor Hugo Mercader nos viene siguiendo, nos quiere detener no sabemos por qué, pero le tenemos miedo, usted lo conoce cómo es…

-Los tranquilicé (Después sabría que tal susto era porque le habían hecho fraude al gobierno de Felipe González: les contrataron varias obra, les adelantaron miles de pesos y las abandonaron, el fraude fue descarado como sustancioso).

-Casi una hora después mandé a una persona a ver si por ahí seguía Mercader, me informó que no: “Las calles están solas”.

Sin embargo, el temor los tenía paralizados; entonces les propuse: los acompaño a su carro, no creo que si me ven con ustedes se animen a cometer un atropello: mañana Mercader aparecería en primera plana.

Y no me despegué de ellos hasta que se subieron al carro, muy traqueteado por cierto: eran tiempos de vacas flacas.

Unos días después me invitaron a comer, me reiteraron que tenían un programa de radio y que colaboraban con ellos Mario Mora Legaspi, Mario Luis Ramos Rocha y Mario César Macías Zúñiga; quien por cierto entrevistaba muy seguido a Rodolfo “un ingeniero que tunde muy seguido a Felipe González”, presumía a sus compañeros.

“No vivimos de esto -me dijeronpero nos gusta, lo hacemos por hobby”.

Si ya están en esto, ¿por qué no hacen un periódico? Yo se los puedo maquilar, les dije; pronto me arrepentiría.

Semanas después les maquilé el número 1 de “La Verdad del Centro”, después el 2, 3, 4, 5, hasta que de plano tiraron la toalla y me “pagaron” con cheques sin fondos.

Les mandaba a cobrar con su amigo Mario César Macías, y no había respuesta de Rodolfo: la que daba las chiches, perdón, la cara, era Ma. del Refugio: “¡Don Ramiro, don Ramiro! ¿Cómo está?, me decía al tiempo que me abrazaba y me las restregaba en mi pecho, cuando me visitaba en mi despacho, pidiendo más plazo para liquidar su deuda, que fue pagando poco a poco hasta saldarla en casi un año.

Al paso del tiempo mi hermano Roberto me alertó: “Cuidado con esos cabrones, han defraudado a medio Aguascalientes, no te confíes; después me llevo a dos, tres personas a quienes mis “protegidos” habían defraudado.

Los escuché con atención: “Rodolfo y su amante Cuca son unos raterazos de primera, hace años usted sacó a Rodolfo en TRIBUNA LIBRE en dos ocasiones, ¿no lo recuerda? Flaca memoria la mía; pero al buscar en la hemeroteca del periódico, lo encontré: ahí estaba el “ingeniero Franco” con su ficha de ladrón.

Otra señora, a la que defraudaron hasta con dólares, me hizo llegar el largo historial de ambos: “Te lo dije, hermano, si te quedas callado te vas a convertir en cómplice”.

Fue entonces que comencé a publicar algunas de sus andanzas, el camino sería largo y tortuoso (Continuará: vidas paralelas)

Y CON ESTA ME DESPIDO…

 “La Víbora” Morales, no se cansa de reiterar que tiene 30 años de “periodista”, que cursó varias carreras y que ha estudiando hasta en universidades de Washington, que no es ningún improvisado y que es súper chingón, el más valiente y güevudo de México.

Sólo hay que recordarle al “letrado” que no es lo mismo periodista que locutor; “La Víbora” Morales debió de haber pasado por las universidades de lejitos, o bien iba a quedarse dormido, porque lo único que aprendió fue:

“Chinga tu madre. Me la pelas. Ojete. Culero. Pendejo. Güey. Burro. Asno. Yo sí nací aquí. Ratero. Ladrón. Corrupto. No soy mentiroso. Odio a los rateros. Soy el más guapo de todos.

“Le parto su madre a Jorge Toques. Le canté un tiro al pinche policía ese que pesa 150 kilos de rock. Soy de barrio. Quiero ser gobernador, para quitarle el hambre a mi pueblo.

“Chinguen a su madre todos los panistas. Chinguen a su madre todos los del PRI. Me la pela Martín. Me la pela Carlos Lozano. Me la pela el Mencho. No le tengo miedo a los narcos.

“Chingue a su madre el gobierno. Pinche pueblo vendido, no tiene conciencia, pendejo, yo tanto que lo apoyo y usted vende su voto por 200 pesos, una pinche torta y un refresco”, y así son todos los días en su programa, no cambia ni un ápice su “programación”.

¿Qué tal si el hijo de “don Viborón”, no hubiera sido “educado en las mejores universidades del país y del extranjero”?

De seguro anduviera como su padre, preguntando todas las noches a su cada vez más pequeño auditorio: “¿Sabe usted, dónde están sus hijos?”

Quesque son los dueños de TRIBUNA LIBRE y Página 24

Con tantos delitos y fraudes cometidos, Rodolfo Franco Ramírez y Ma. del Refugio Martínez Guardado, no son más que carne de presidio

Con tantos delitos y fraudes cometidos, Rodolfo Franco Ramírez
y Ma. del Refugio Martínez Guardado, no son más que carne de presidio