Por Raúl Taiyo

Jorge Alcocer, secretario de Salud (Foto: Archivo/Cuartoscuro)

Jorge Alcocer, secretario de Salud (Foto: Archivo/Cuartoscuro)

UN DERECHO Humano fundamental cuyo valor de uso y de cambio determinan la vida de una persona. A pesar de su necesidad categórica; explayada a través de una Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)3 Salud y Bienestar, la salud continúa siendo (en la mayoría de los casos) poco costeable. Uno imaginaría esta realidad como intrínseca de los países en vías de desarrollo, sin embargo, no es el caso. Países como Estados Unidos, en donde se alberga el mercado farmacéutico más grande del mundo con valor de $339 mil 694 millones de dólares (World Atlas, 2019); y donde la investigación y el desarrollo de medicinas y fármacos marca pauta a nivel global, no dejan espacio para el plano individual.

RECIENTEMENTE, ESTA alienación la han vivido las personas con diabetes tipo Uno. A manera de contextualización, más de 1.2 millones de norteamericanos viven con diabetes tipo Uno. De acuerdo a la Asociación Americana de Diabetes se estiman 40 mil nuevos casos de manera anual. Asimismo, cabe recalcar que las personas con el tipo Uno no producen insulina, lo cual demanda una dosificación constante de la misma. Generando así un consumo inelástico, dentro del cual el proveedor podría aumentar los precios en un 90 por ciento y la cantidad de consumo se mantendría constante (Ross, 2019).

SIN EMBARGO, la insulina no es nueva, fue creada en 1923 y vendida por $3 dólares en la Universidad de Toronto y el descubrimiento más reciente de la misma, fue realizado hace 20 años. No obstante, su precio continúa aumentando. Un estudio por el Health Care Cost Institute señala que el gasto en diabetes tipo Uno en 2012 era $12 mil 467 y el mismo aumentó a $18 mil 494 en 2016. Denotando que el uso diario de insulina solamente incrementó tres por ciento durante el mismo periodo de tiempo. Es decir, el aumento en precio no es equiparable a la demanda. Este aumento desmesurado ha sido justificado por las grandes farmacéuticas como una forma de solventar los costos de investigación y desarrollo de nuevos productos (Ross, 2019).

ANTE ESTOS aumentos, a manera de consenso bipartidista, los senadores republicanos y demócratas organizaron el Senate Finance Committee (Comité de Finanzas del Senado) el martes 26 de febrero con el objetivo de interrogar a los Directores Ejecutivos de diferentes farmacéuticas sobre el alza de los precios en medicamentos y fármacos. Entre las compañías citadas, se encuentran Pfizer, Johnson & Jonhson, AbbVie, AstraZeneca, Bristol-Myers Squibb y Sanofi. A pesar del Congreso dividido, reducir el precio de los fármacos se ha establecido como una meta para esta administración, sin embargo, dadas las mismas divisiones partidistas, no se han establecido las formas para desarrollar políticas públicas que regulen los precios establecidos por las compañías antes mencionadas (Flaherty, 2019).

ENTRE LOS argumentos empleados por los Directores Ejecutivos, está la falla sistémica, pues las terceras partes involucradas en el esquema productor-farmaceuta-consumidor se quedan con gran parte de las ganancias al establecer sus precios. Sin embargo, no todos los farmaceutas tienen la posibilidad de negociar sobre todo los fármacos. Ante esta respuesta, los senadores determinaron que no se puede culpar a otros cuando los precios los establecen las compañías. Asimismo, otro de los argumentos empleados por las farmacéuticas, fue el caso de los daños colaterales de reducir los precios de los fármacos ya que su eventual reducción afectaría los avances y descubrimientos médicos. De la misma manera, negaron la posibilidad de establecer precios de acuerdo a un índice internacional de precios debido a que los esquemas de negocios dejarían de ser rentables (Cara, 2019).

CLARAMENTE LA administración actual se encuentra en un punto pivotal de la historia de producción y venta de medicamentos y fármacos en los Estados Unidos. No obstante, estos cambios se tienen que dar de manera rápida, pues quienes requieren de estos medicamentos, como la insulina, no tienen el tiempo a su favor.

Referencias

Biggest Pharmaceutical Markets In The World By Country. (2019). World Atlas. Recuperado de https://www.worldatlas.com/articles/countries-with-the-biggest-global-pharmaceutical-markets-in-the-world.html
Cara, E. (27 de febrero de 2019). Here Are the Three Dumbest Claims Pharma CEOs Made when Defending Exorbitant Drug Prices. Gizmodo. Recuperado de https://gizmodo.com/here-are-the-three-dumbest-claims-pharma-ceos-made-when-1832908340
Flaherty, A. (26 de febrero de 2019). Big pharma defends rising cost of drugs, lawmakers say they are gaming the system. Abc News. Recuperado de https://abcnews.go.com/Politics/pharmaceutical-executives-capitol-hill-answer-questions-rising-drug/story?id=61300335
Ross, S. (22 de enero de 2019). Rising insulin prices drive higher diabetes care spending. Modern Healthcare. Recuerado de ttps://www.modernhealthcare.com/article/20190122/NEWS/190129990/rising-insulin-prices-drive-higher-diabetes-care-spending

raul.taiyo@hotmail.com
@TaiyoRaul

*Estudiante de Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey