Agustín Morales Padilla ...las traiciones de “don Viborón”... Pedro Rivas Cuéllar ...don Pedro, el primer traicionado...

Agustín Morales Padilla
…las traiciones de “don Viborón”…
Pedro Rivas Cuéllar
…don Pedro, el primer traicionado…

* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
EL NOBLE OFICIO DEL PERIODISMO (III)
DIÁLOGO EN LA REDACCIÓN DE CUALQUIER DIARIO

SINOPSIS: En las redacciones de los diarios de Aguascalientes, en donde por la talacha periodística muchas veces no hay chance de echarse un taco, por su cotidiana lucha contra el reloj, reporteros aprovechan para tomarse un cafecito y, haciendo caso omiso del letrero que dice “no fumar”, encienden furtivamente un cigarrillo y siguen con su charlas:

– ¿Entonces los escalonamiento y “triunfos” de “don Viborón”, han sido  a base de traiciones y mentiras?

– Quiero recalcar que todos los viejos periodistas lo vivimos, nadie nos puede decir mentirosos, si alguna duda tienen consulten las hemerotecas:

1.- Traicionó a don Pedrito Rivas, quien le dio la oportunidad de sentarse por primera vez frente a un micrófono.

2.- Siendo reportero de El Sol del Cetro, asumió el liderazgo del sindicato local  y vendió una huelga de los trabajadores que exigían mejor sueldo y prestaciones marcadas en la Ley Federal del Trabajo, traición que posteriormente le valió a “don Viborón” (que en aquellos años se le conocía simplemente como Agustín”), ser ascendido a director general del periódico.

Mario Vázquez Raña ...otro traicionado... Rodolfo Landeros Gallegos ...se quedó sin periódico...

Mario Vázquez Raña
…otro traicionado…
Rodolfo Landeros Gallegos
…se quedó sin periódico…

3.- Después traicionó a don Mario Vázquez Raña, al desmantelar El Sol del Centro, llevándose a los trabajadores a lo que sería el diario “El Hidrocálido del Universal”, propiedad del entonces gobernador Rodolfo “El Güero” Landeros Gallegos, muy amigo por cierto de Ramoncito Morales Padilla, hermano mayor de “don Viborón”.

4.- Años después 1999-2000, no sólo traiciona al “Güero” Landeros, sino que a la mala se queda con el periódico en su totalidad. Así ha sido la vida de “don Viborón”, traición tras traición.

–Y sí, en esos años, “don Viborón” le hizo las cuentas del gran capitán, por decenas de millones de pesos a Rodol-fo Landeros, además de amenazar-lo con traerse a Aguascalientes la franquicia del diario guanajuatense “a.m”, para hacerle la competencia al “Hidrocálido”; Landeros, ya enfermo, no quiso defender el patrimonio de sus hijos, y maldijo el día y la hora en que le echó la mano a “don Viborón”, llevándose a la tumba esa traición del hermano de Ramoncito a quien tanto quiso como amigo y compañero reporteril.

– Dicen, no me lo crean, que por las madrugadas se aparece en las instalaciones de “Hidrocálido”, el fantasma de Landeros diciendo con quejumbro-sa voz: “¡Agustín, devuélveme mi periódico!”: que por eso “don Viborón” tiene años de no pararse en las madrugadas en el “Hidrocálido”.

–¿Es cierto, entonces que “don Viborón” se retiró de los negocios?

–No del todo, insisto, en cosas importantes él sigue llevando la batuta. Aunque el periódico ya no le interesa tanto, porque, dice, que ya no le va a echar dinero bueno al malo, que son muchos los gastos, que ahora lo que le preocupa son “sus” estaciones de radio: “ahí es poca la inversión, pues lo que vendemos es aire”, comenta.

–Entonces es cierto que “don Viborón” es muy cabrón…

–Cabrón es poco: de chavo ya lo andaban matando en Zacatecas, por “esquirol”, pero se puso a llorar y la libró. En ese momento se regresó de Zacate-cas, a donde había llegado sintiéndose muy nalga.

– Miren, el día que ustedes quieran saber más del hijo del “Cristo del Encino” y sobrino de “La Virgen María”, y de su hijo consentido José Luis “La Víbora” Morales Peña, busquen a Francisco García “El Soldado”, Heriberto Bonilla Barrón, Raúl Cobos, ellos saben muy bien de que lado mascan el par de reptiles.

–Órale, ahí viene el Director, otro día continuamos con la charla.

Y CON ESTA ME DESPIDO…
ÚLTIMA LLAMADA, ÚLTIMA LLAMADA…

Tengo años recomendándole –en buena onda– a Agustín Morales Padilla “don Viborón”, que recluya a su hijo consentido, José Luis Morales Peña alias “La Víbora”, en algún manicomio, o Centro de Salud Mental, sin embargo a Agustín le interesa más el billete que atender el problema mental de su principal heredero.

La bronca es que José Luis cada día está más trastornado: usted lo saluda, y él le contesta, ¿cómo estás Martín?

Toda su vida y actuar gira alrededor del gobernador Martín Orozco San-doval: lo sueña, lo ve en todas partes: mira el horizonte y lo ve; mira al infinito y lo ve, mira el piso y lo ve.

Está obsesionado: en los últimos meses dice al aire y a quien lo quiera escuchar en sus conocidas borracheras, que Martín, lo quiere matar, que lo persigue a todas horas y en todo lugar; que lo quiere meter a la cárcel, que ya lo sigue el Ejército, la PGR, la Policía Estatal y hasta la Preventiva, además de sus vecinos de “Pulgas Pandas”, que también se vendieron a Martín, se queja a todas horas.

Pero que él es muy machote, que no se raja, que él día que el quiera se avienta un tiro con él, y que todo mundo se la pela y, hasta en un descuido, “El Cristo Negro del Encino”.

Pero luego dice que “El Cristo Negro del Encino” es su guarura y que hasta los narcos se la pelan: Mario Díaz, “El Mencho”, “El Azul”, todos.

Que él es el único “periodista” libre, que todos  están vendidos; que a él lo han querido comprar, pero que no se vende, porque está con el pueblo.

Después dice que el pueblo es ignorante, que está bien pendejo, que se vende por 200 pesos, una torta y un refresco.

–Maldice e insulta a sus radioescuchas, a los que “compadece” porque están jodidos, mientras que él es rico porque sus negocios son en dólares, no en pesos mexicanos, que es el más guapo y el único hombre de la faz de la tierra que no tiene ombligo “y se lo firmo”.

Y así: cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día: él es el más guapo, el más rico, el más grande, el mejor, que por eso todos lo envidian, pero que además es vidente: “Yo son el profeta Morales”; insulta hasta al obispo porque se da vida de rey, que una persona así no puede representar a Dios en la Tierra, que en vez de comer angulas debería comer tacos de tripas, y en lugar de vinos caros, agua de horchata.

Al parecer su locura es irreversible, aunque el afamado neurólogo, Héctor Grijalva Tamayo, director de Salud Mental del ISSEA, dice que “todavía es tiempo de regresarle la cordura a Pepe Morales”.

Lo cierto es que “La Víbora” Morales está muy desesperado, insiste en victimizarse, por lo que su rating ha bajado muchísimo, ya aburrió a sus radioescuchas con tantas amargura, frustración, delirio de persecución y su “Martín, Martín, Martín…”.

Agustín, en verdad, lleve a su chamaco a una clínica mental, bájese de su nube y piense un poco en su “Vibo-rita”, neta, Pepe anda muy mal de salud, cúrelo, piérdale el amor a un puñado de billetes, no atesore riquezas, usted, como “buen católico, apostólico y romano”, debe de recordar lo que Diosito dice:

“¡Ten cuidado! Abstente de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes”.

Si esto no lo convence, pídale consejo a su confesor espiritual, pero no deje que la locura acabe con Pepe, que, en el fondo, pero muy en el fondo, es un buen tipo. Dicen.

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 18).