* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
PEPENADORES…
¿Sabe usted cuántos pepenadores, hurgan en los contenedores de basura en busca de material para reciclar, e incluso de alimentos para comerlos ahí mismo o llevarlos a casa?
“A la fecha las autoridades municipales tienen registrados a 400 personas” y, según el director de Limpia, Enrique Barba López, representan apenas un 20 por ciento del padrón real.
Entonces, de acuerdo a sus números, son alrededor de 2 mil personas que buscan sobrevivir de lo que otros tiran a la basura en los “4 mil 603 contenedores, que están dispersos en nuestra ciudad capital”.
¿Para qué quiere el municipio un padrón de pepenadores?
El propio Enrique Barba lo revela: “Para recomendarles que no sigan buscando materiales para reciclar porque está prohibido”, y aclara: “No es para detenerlos, ni para multarlos, sino sólo para evitar que sigan regando la basura”, aunque después acepta que tendrán que multarlos, porque así lo ordena la ley.
Sus cifras no son creíbles: 2 mil pepenadores para 4 mil 603 contenedores, nos da un promedio de 2.3 contenedores por pepenador, lo que es un absurdo.
Como absurdo es que buscan empadronar a todos los pepenadores “para multarlos porque está prohibido hurgar en la basura”.
Sin embargo, son los propios pepena-dores que ponen el dedo en la llaga: apenas mitigamos el hambre con lo que logramos rescatar, ¿por qué en lugar de multarnos no nos consiguen un trabajo? Yo le voy a decir por qué –me confía uno de ellos–: esos hijos de la… nos quiere organizar para obligarnos a votar por el PAN, ese es todo el pedo.
Contra los Fumadores…
Según Sergio Velázquez García, titular de la Secretaría de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), eso de la fumadera es un auténtico desmadre en Aguascalientes: “Menores de edad, incluso bebés, están ya inhalando el humo del cigarro porque dentro de las casas, el padre, la madre u otras personas que ahí habitan fuman”, entonces está cañón evitarlo.
Otro dato que proporciona el dueño del ISSEA: niñas y niños de 12 años ya le llegan hasta a los Faros, y que en la pasada verbena abrileña andaban sujetos vendiendo cigarros al menudeo, uno por ocho pesos.
Que los vendedores en la Feria eran harto tercos porque más tardaban en retirarlos que ellos en regresar, y así pos nomás no se puede.
Que es dificilísimo controlar los espacios libres de humo, porque hay gente que se pasa la ley por el arco del triunfo, y pues así tampoco se puede.
Que necesita el apoyo de la raza para denunciar cuando en un negocio se las truenen, “para enseguida sancionar el establecimiento e, incluso, clausurar-lo”, porque si no hay denuncia, pues así no se puede.
Que en Regulación Sanitaria apenas cuentan con 31 inspectores. Y si la raza no se pone las pilas, pues así no se puede.
Sin embargo, don Sergio está harto preocupado porque “la quinta causa de muerte a nivel nacional son por enfermedades respiratorias”.
También dijo que el ISSEA tiene un teléfono para denunciar los negocios en donde fumen para enseguida hacer su chamba, pero, al parecer se le olvidó el número, pues no se los dio a los reporteros. Y bueno, tampoco así se puede, por eso el ISSEA está como la Carabina de Ambrosio.
Un Cese Largamente Anunciado…
Pues el general Sergio Alberto Martínez Castuera, que llegó a la tierra de la gente buena procedente de Zacatecas para hacerse cargo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, chupó de hoja: agarró sus chivas y regresa a la Ciudad de México en donde tiene su lugar de residencia, junto con su “soldadera”, como él llama a su esposa, con la cual ha recorrido todos los rincones del país, simulando combatir a los malandros desde su escritorio.
Adeptos al general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, de triste y negra memoria, quieren que regrese. No lo que se llevó que fue un buen billete, sino a hacer nuevamente de las suyas y están dale que dale: lo queremos, lo queremos, lo queremos, lo queremos…
Sin embargo, los que extrañan “el sabor a chocolate” se la van a pellizcar, porque él no será el elegido sino otro general que ya prepara armas para ocupar la silla que calentó Martínez Castuera.
Quienes presumen saber cómo masca la iguana en Palacio de Gobierno, aseguran que el esperado general comulga con el jefe policiaco René Carrillo, a quien no le caen nada bien los delincuentes de cuello blanco que presumen de impunidad y sorprenden a mucha gente haciéndose pasar por “ingenieros” y “licenciadas”, roban a quien se deja y, al que no, “a güevo”, como diría el líder ganadero Pepe Guzmán.
En fin: se fue un general y está próximo en llegar otro, pero no será Rolan-do Eugenio, eso júrelo. Y “La Víbora” será la primera en llorar.
Lo que son las Cosas…
Eran tiempos de elecciones y todo indicaba que Lorena sería la triunfadora. Se cruzaban pesos a tostones.
Pero hete aquí que el preciso, Enrique Peña Nieto, declaró abiertamente que estaba a favor de los matrimonios de “las quesadillas” sin queso entre sí, y se armó el gran purrún: Quique Gavioto se convirtió en el mejor aliado de Martín Orozco Sandoval.
Las encuestas comenzaron a rever-tirse a favor de MOS y el Obispón José María de la Torre Martín, le dio otro tremendo empujón: “Esas quesadillas sin queso son fraudulentas, no tienen con qué; mejor que adopten perritos; se les hace agua la canoa y se van a ahogar, jajaja… disfrutaba el “regalo del cielo” que muy pronto le caería a Martín, porque una familia la componen papá, mamá e hijos; no quesadillas sin queso con perritos, festejaba don Chema.
El priísmo local se paró de pestañas: “Pinche Peña Nieto jijo de la jijurria, ¿no podía anunciar su pendejada después de las elecciones? Ya nos pasó a chingar!”.
Uno de esos encabritados era Francisco Guel Saldívar, el llamado “Buey de la Barranca”. De ese tremendo escándalo, como lo sabe el lector, ya pasaron dos años.
Pero hay que reconocer que “El Buey de la Barranca” aprende rápido. Hoy que su partido el tricolor lo dedeó para candidato a diputado local, por el XV distrito electoral, cambió de piel y para ganar algunos votos, acudió con los “mochilongos” del Frente Nacional por la Familia, o algo así, y al borde del llanto dijo que él está en contra de los matrimonios de las “quesadillas sin queso” y también en contra del aborto, que porque es católico, apostólico y remono.
El gurú de esos “mochilongos”, Carlos García Villanueva le puso el dedo gordo en la frente y le dijo: “De los arrepentidos es el Reino de Los Cielos”. Quienes estaban ahí, me platican que, pese a su robusta humanidad, Paco Guel IV parecía levitar. Sus votos, algo así como 150, están asegurados, aunque él presume que todos los católicos que “son el 90 por ciento de la población, votarán por mí… ya hablé con Dios”.
¿Y el RIP? Bueno, a ese ya se lo llevó la “China Hilaria”, a’i después se pasará a las filas del PAN, por lo pronto quiere una curul, la chamba escasea.
Y con Esta me Despido…
“¡Romanooosss!”, les gritaba Ramón Torres Armenta a sus “policías judiciales estatales” (hoy policías ministeriales), cuando había alguien a quien crucificar.
Hoy esto es ya una leyenda: esas crucifixiones (torturas) se han extinguido, bueno, casi:
Porque las heredó el PRI, y lo que hace es mandarlos al Segundo Distrito Federal… a perder.
Por una de esas “torturas” está pasando ahorita el junior millonario: José Carlos Lozano Rivera Rio, que ya no encuentra la puerta, pues su gacho papi, teniendo todo el oro del mundo para comprarle una curul plurinominal de diputado federal, lo mandó a “chin-garle, a ver si así se hace hombrecito”, le dijo.
La cosa es que “ya las anda dando por todos lados”, porque su candidatura nomás no pega, pues el pobre muchacho anda cargando la enorme y pesada loza que le dejó de herencia su padre: loza que cada día que pasa semeja una lápida para su tumba política.
De tan desesperado que anda José Carlitos, ya está yendo con “La Víbora” Morales, quien hace pocos meses le decía: “ratero, bandido, asaltante, defraudar, ladrón, cobrador de la mafia, el ser más nefasto que he conocido en mi vida, es peor que el padre, José Carlitos era el encargado de cobrar los moches, nadie me lo contó, yo lo ví, es inmoral, no tiene escrúpulos, tampoco madre ni abuela”, se enredaba en el micrófono y no lo soltaba hasta que llegaba el tiempo de comerciales.
Pero todo eso José Carlitos lo olvidó, hoy va al nido de víboras en busca de votos arrastrando la dignidad que presumía tener cuando su papi era gobernador: hoy perdió además principios, valores, moral…
¿Moral? ¿Qué es moral? “la máxima priísta dice que moral, es un árbol que da moras”.
Y ahí anda el pobre muchachón, bajo el sol ardiente imitando a José Antonio Meade, gritando a todo pulmón: “¡Háganme suyo!”.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 31).