El Mercado Jesús Terán y sus Tres Incendios

Por Vicente Agustín Esparza Jiménez / Centro INAH Aguascalientes

Lado poniente del Mercado Terán, tras un siniestro (Fuente: Gobierno del Estado de Aguascalientes, Fototeca del Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes)

Lado poniente del Mercado Terán, tras un siniestro (Fuente: Gobierno del Estado de Aguascalientes, Fototeca del Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes)

EN LA PRIMERA mitad del siglo XIX el lugar donde se construyó el mercado era utilizado por los empresarios de toros para montar plazas portátiles durante la feria que se realizaba en el Parián en el mes de noviembre. El lugar era conocido como “Plaza de Toros del Mercado” o plaza de toros “El Calvario”. Para 1879 era un sitio en el que los pobres expendían sus vendimias y no había un “lugar conveniente para ellas, ni siquiera para poner un pie” debido al lodazal que se formaba en temporada de lluvia, según lo denunció el Periódico Oficial.

SE COMENZÓ a edificar el 4 de abril de 1880 bajo la supervisión de la Junta de Mejoras Materiales, pero fue hasta el 22 de mayo cuando el gobernador Miguel Guinchard puso la primera piedra para construir el primer mercado moderno de la ciudad. En el marco de la celebración de la fundación de Aguascalientes, el 22 de octubre de 1881, se le dio el nombre de Jesús Terán Peredo. Asimismo, a sus cuatro portales se les denominó Isidro Calera, al del Poniente; Felipe Cosío, al Oriente; José María Arteaga, al Norte; y José María Chávez al del Sur, contando así una historia, pues se sabe que desde la independencia nacional el Estado utilizó el espacio público para legitimar su poder. Para esta fecha el mercado no estaba terminado del todo y los trabajos siguieron cuando menos hasta el año de Según Vicente Espinoza –uno de los locatarios más antiguos–, el viejo mercado Terán “estaba compuesto por cuatro manzanas separadas convenientemente en cuyos espacios había tres grandes patios. Los cuatro bloques estaban unidos por cincuenta y cinco arcos de cantera labrada, apoyados en columnas de estilo toscano, también de cantera; a la vez, las cuatro manzanas, que en conjunto contaban con cuarenta locales con frente hacia el exterior, estaban circundadas por cuatro amplios andaderos techados con vigas de madera, los techos se sostenían en sesenta y seis arcos de cantera labrada y columnas toscanas. El techo de los tres patios era de láminas encanaladas, sujetadas a armazones triangulares de madera con puntales también de madera”.

COMO HOY en día sucede, en aquella época los conflictos entre los vendedores eran frecuentes, por ejemplo, en 1904 varios comerciantes protestaron porque en la fonda “Los Agachados” cerraban hasta las 11 de la noche y la clientela de ese establecimiento robaba la mercancía de otros comercios. En 1906 Macedonia Martínez se quejó de la señora Salomé Amador por grosera y pleitista, dado que la primera tenía mejores ventas que la otra. Sin embargo, las quejas que recibía el Ayuntamiento con mayor frecuencia eran de los vendedores contra el administrador de mercados, quien abusaba de su autoridad cometiendo toda clase de atropellos.

ALGUNAS DESGRACIAS han ocurrido en el mercado Terán, por ejemplo, el 7 de mayo de 1922 un incendio acabó con los cuartos del lado Norte, Sur y Poniente. Según el Ayuntamiento se debió a que en los puestos de abarrotes se vendían cerillos, tronadores y otros artículos confeccionados a base de pólvora, por lo que los propietarios de estos giros fueron reubicados, aunque argumentaron que ellos no eran los del problema sino los comerciantes de comida que cocinaban sus alimentos con fuego. Empero, sus argumentos quedaron invalidados debido a la declaración del policía J. Nieves de la Torre, quien dijo: “Que haciendo su vigilancia llegó al lugar del suceso momentos después de principiar el incendio y observó que en el cajón [de abarrotes] se flameaban cerillos y grasas, comunicándose violentamente el fuego a los cajones inmediatos, los que contenían entre otras mercancías pólvora fulminante y truenos de distintas formas por lo que le fue imposible tanto a la policía como a los propietarios de los establecimientos sofocar el fuego”. La reconstrucción del mercado se debió a la iniciativa del Ayuntamiento y de algunos empresarios de espectáculos públicos, por ejemplo, Federico Bouvi donó un tanto de lo que recaudó de la película El Viejo Nido; el regidor de mercados organizó corridas de toros y la Unión de Mecánicos Mexicanos montó una obra de teatro en el Morelos.

DEBIDO A los constantes problemas con la estructura del mercado, fue que en el año de 1933 se proyectó a iniciativa del Poder Ejecutivo y del Ayuntamiento edificar uno nuevo y moderno a cargo de J. Jesús Veraza y el ingeniero Raúl Campos. La reconstrucción del mercado se realizó en base al modelo anterior, excepto por algunos cambios de importancia como el drenaje, instalación eléctrica, servicio de agua, cuartos y corredores, incluso se reutilizó la cantera que se encontraba en buen estado. El 15 de mayo de 1935 se terminaron los trabajos e inmediatamente se creó una Junta de Mejoras Materiales que quedó al frente de la administración. En 1959 los puestos de madera y lámina que se encontraban al poniente del mercado fueron sustituidos por otros metálicos que le vinieron a dar un aire moderno a la zona. En 1968 se le hicieron algunas modificaciones, pues se construyeron 192 puestos recubiertos de azulejo, se modificó el trazo de sus calles para hacerlo funcional, se renovó la instalación eléctrica y sanitaria, y pintura en general. Y en la parte exterior se restauró la zona dañada por el incendio de ese mismo año.

POR OTRA parte, como suele suceder cuando está en disputa el espacio público, la clientela y las ganancias, los vendedores del mercado entraban en competencia y conflicto constantemente, pero la solución la daba la Junta de Mejoras Materiales, dependencia que administró el mercado hasta 1981, ya que en ese mismo año se demolió debido a los daños que sufrió en un incendio. Según Vicente Espinoza el fuego fue ocasionado intencionalmente por unos policías para que muchos de los locatarios establecidos se fueran con sus comercios a la recién proyectada Central de Abastos. Sin embargo, el Ayuntamiento gestionó con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, A., un préstamo para la construcción del nuevo Mercado Terán, cuya fachada fue arreglada en el año de 1988 tal como la conocemos hoy en día.

POR FINAL, es así que por intereses particulares de empresarios y políticos, el patrimonio histórico edificado de Aguascalientes en parte se ha perdido, en particular en el siglo XX el antiguo Parián y el primigenio Hospital Miguel Hidalgo; no menos importante la modificación de la traza de la Plaza Principal, ya que le quitaron su cuadratura original. Aunque cabe señalar que otros gobiernos visionarios o con mayor concientización sobre la cultura y el patrimonio rescataron edificios que estuvieron a punto de ser demolidos, como el Teatro Morelos, los Baños de los Arquitos y la Casa Terán, que hoy por fortuna cuentan con declaratoria presidencial como monumentos históricos de la nación en parte gracias a la intervención del INAH.

Fuentes: Archivo General Municipal de Aguascalientes, Fondo Histórico, Caja 105, Exp. 4, 174/5,11/30, 20/21, 294/39, 553/33, 434/16, 516/45, 531/2, 574/51, 525/1, 528/21, 568/37, 814/20 y 853/23. Comunicación verbal del Sr. Vicente Espinoza, enero de 2008. Mascarón, órgano de divulgación del Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes.

Fuente: Gobierno del Estado de Aguascalientes, Fototeca del Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes.