1968 y el Adiós a Luther King. Parte 1

Por Daniela Itzel Domínguez Tavares

Monumento a Martin Luther King Jr., en Washington, D.C. (Foto: Daniela Itzel Domínguez Tavares)

Monumento a Martin Luther King Jr., en Washington, D.C. (Foto: Daniela Itzel Domínguez Tavares)

Out of the mountain of despair a stone of hope

ESTE AÑO se conmemora el 50 aniversario de uno de los episodios históricos más importantes del pasado siglo: el año de 1968. La aparición y fuerza de los movimientos civiles frente al Estado es posiblemente el mayor referente que estuvo presente desde México, Estados Unidos, París, Praga, Dakar hasta Berlín. Fue un año de ruptura, de mayor politización de los jóvenes, del rechazo al sexismo, a la guerra de Vietnam, de invalidación del racismo, de rechazo a los viejos valores familiares, de mayor organización de la emergente clase media y, sobre todo, fue el año en que los viejos grupos de izquierda debieron reformarse también. El mundo se tornaba más plural y democrático, aunque en el proceso se hayan ido “El Che” Guevara, Martin Luther King Jr., y nuestros jóvenes de Tlatelolco.

EN ESTA primera entrega de 1968 hablaremos de los primeros aires que dieron aliento al año mencionado. Asesinado por un mercenario del Estado norteamericano, Martin Luther King Jr. murió el 4 de abril de 1968. La lucha por los derechos civiles de los afroamericanos perdía a uno de sus mayores representantes. El llamado black power tuvo sus primeros referentes en la década de 1950 y se había encargado de pugnar por los derechos civiles de la población afroamericana, aquellos derechos que en teoría eran suyos pero que la cultura se encargó de inhabilitar.

LA MAYOR característica de la movilización encabezada por King fue el pacifismo con el que retaba al sistema. Tras una larga carrera de protestas civiles al amparo de la teoría de la no violencia de Mahatma Gandhi, King consiguió que el 4 de julio de 1964 el presidente Johnson firmara “La Ley de los derechos civiles”, que protegía la igualdad de derechos a blancos y negros de Estados Unidos. (1)

DICHA LEY estipulaba que no podía existir a discriminación racial en el trabajo, escuelas o espacios públicos. Reitero, la promulgación de leyes no garantiza un cambio en la cultura. El arraigado racismo en Estados Unidos no cedió ante este logro y los otros grandes momentos del movimiento por los derechos civiles de los negros. Regresando en la historia de este país debemos recordar que la Guerra Civil Norteamericana (1861 y 1865) tuvo como crisol la abolición de la esclavitud. Literalmente el país se dividió en dos –en pro y contra de dicha abolición– sin embargo, tras terminar la guerra aparecieron las famosas Leyes de Jim Crow que permitían la segregación racial en espacios públicos. La esclavitud se había terminado pero la segregación era igual de violenta para los grupos minoritarios. Fue hasta la década de 1950 en que dicha ley de Crow se encontró con la organización civil de los nacientes grupos antirracistas.

LUTHER KING, pastor baptista, era solamente una parte del gran movimiento negro de la década de los 60’s. Malcolm X representaba la otra cara, el activismo violento y radical que también figuraba las necesidades de los musulmanes negros. Stokely Carmichael, a quien se debe la acuñación del termino black power, fue otro gran pilar de la movilización por los derechos civiles y representaba a la facción igualmente radical. El camino de pacifismo por el que optó King le dio dos de los momentos más importantes de su vida: el primero: recibir el Premio Nobel de la Paz en 1964 (2) por su resistencia no violenta al racismo; segundo, su muerte. Asesinado en 1968 por la misma violencia que no quería cerca, el Estado norteamericano demostraba una vez más que la violencia legítima, la vieja democracia totalitaria, estaba tratando de acabar con la resistencia. Quizá habían cortado una de las flores más preciadas, pero eso no detendría la primavera. La muerte de King ocurrió en la primera mitad del año, aun se deparaban muchas sorpresas en diferentes partes del mundo…

EN MÉXICO este año representó la contradicción del desarrollo del país; nos presentábamos ante el mundo como la primera sede tercermundista en albergar uno de los eventos mundiales más importantes: las olimpiadas. Y aquí es donde se empiezan a dibujar las primeras líneas de apoyo entre los diferentes momentos que marcaron el 68. Dos medallistas negros de la delegación norteamericana, tras triunfar en México, protestaron levantando un puño con un guante negro, el black power se presentaba ante el mundo, era uno de los pilares de la deconstrucción de este gran año.

¿A 50 AÑOS qué podemos celebrar? ¿Necesitamos retornar al carácter crítico, plural, democrático y anti sistémico que se vivió en 1968? ¿En qué momento dejamos de ser hijos de la revolución de los 60’s?

Notas

* Esta columna está dedicada a Jeremy P.C. con quien compartí mi encuentro con el gran Luther King. This one is for you.
1. Volpi, Jorge. 1998. La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968. México: Era, p. 145.
2. https://mx.tuhistory.com/hoy-en-la-historia/martin-luther-king-recibe-el-premio-nobel-de-la-paz. (Consultado el 25 de marzo de 2018)