* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
REAPARECIÓ FELI-PILLO…
El tristemente célebre abarrotero de miércoles, Feli-Pillo González González, reapareció en público ayer miércoles y dio “cátedra” de Cinismo e Hipocresía al lanzarse contra los partidos políticos PAN, PRD y MC, satanizando también a Morena y al PES.
El exgoberladrón González, exsecretario de Gobernación y senador de la República, criticó duramente al PAN y al MC, principalmente, acusándolos de “incongruentes” por no respetar sus “orígenes” y “principios”, jajaja… no mameyes en tiempos de melones.
“A esos partidos –dijo el exgoberladrón que se “tiró” a su ahijada Virginia Ruvalcaba Martínez y le hizo dos hijos a los que les negó su apellido, por el qué dirán los “Caballeros de Colón” y los “Monjes de la Cuerda Meada”– lo único que les importa es el poder y los votos”.
“¡Órale mi cabrón!”, diría Otto Granados.
“¿Cómo se atreve ese cabrón abarrotero de mierda a criticar al partido, cuando fue el propio PAN que lo hizo gobernador de Aguascalientes, secretario de Gobernación y senador de la República?, eso es no tener madre”, me comentó un connotado panista que hoy busca ser senador de la República.
Y si nos remontamos a los orígenes del abarrotero González, yo le recordaré al lector que él fue “miembro del PRI con credencial”, lo entrecomillo porque Feli- Pillo se ufanaba de ello ante la prensa.
Y es que el abarrotero –al que Carlos Lozano de la Torre se refiere como “hambreador, porque ocultaba los productos de la canasta básica para después darlos más caros”– quería ser presidente municipal de Aguascalientes por el PRI, pero Otto Granados le dijo que no.
Y el abarrotero montó en cólera.
Los priístas en el poder no querían a Feli-Pillo porque con sus constructoras hizo muchos chanchullos al gobierno Federal y al gobierno Estatal, prueba de ello es que el entonces gobernador Miguel Ángel Barberena Vega lo quería meter a la cárcel, pues con uno de sus millonarios contratos –la construcción del Teatro Aguascalientes– quintuplicó su costo.
Oportunista como es, Felipe González se enteró de que Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de México, tenía compromisos pactados con el PAN, por haber apoyado el Fobaproa, y uno de ellos era la gubernatura de Aguascalientes; por ahí, Felipe se fue, logrando que el PAN lo hiciera su candidato, pisoteando los derechos de Benjamín Gallegos “El Bronco”, los “orígenes” del partido y sus “principios” (por el PRI, el candidato era Héctor Hugo Olivares Ventura, gente muy querida por la raza; al principio, nadie daba un centavo por el triunfo de Felipe, Héctor Hugo era el favorito, pero la baraja cambió cuando al hijo del profesor Enrique le dijeron que tendría que sacrificarse y dejar que Felipe fuera el gobernador; institucional como es, Héctor Hugo literalmente abandonó la campaña).
¿Entonces de qué “orígenes” y “principios” habla el abarrotero de miércoles cuando él los pisoteó en el PRI y en el PAN? Esa es la cabecita, va el resto, como cuenta el senador Miguel Romo.
Felipe González es un individuo enfermo de poder y de dinero.
Cuando terminó su cargo de senador, en una rueda de prensa dijo que se retiraba de la política, que ya no aspiraba a ningún cargo.
Pero eso lo dijo de dientes para afuera: el perverso abarrotero ya tenía su plan: “ser presidente municipal de Aguascalientes”, sí señor, así como lo oye: presidente municipal de Aguascalientes.
Pero para no verse gandalla, Feli-Pillo lanzó a su hijo, Felipe González Ramírez, por delante: él sería candidato del PAN –sin ser panista– a la presidencia municipal de Aguascalientes, pues sabía que fracasaría.
Porque además de Felipe Junior había otros dos candidatos fuertes: Juan Antonio Martín del Campo y Rubén Camarillo Ortega, “hijo político de Felipe González”.
El grupo que entonces manejaba el PAN acordó con Felipe que se haría una encuesta para saber quién de los tres era el más popular: se hizo y el que ganó la encuesta fue Martín del Campo, en segundo lugar quedó Rubén y en tercero Feli–Pillito.
Finalmente quedaron dos, pues Rubén, fiel a su “padre putativo”, se bajó del caballo, para que su “grupo” votará por el Junior, pero el día de la verdad el ganador fue Martín del Campo: humilló al “hijo de don Felipe”.
El abarrotero y Caballero de Colón, fingió montar en cólera y continuó con su plan original: berreó que le habían hecho trampa a su hijo, que una nueva camada de panistas se habían apoderado de su partido y bla,bla, bla.
Pero la suerte estaba echada y Felipe padre lo sabía con antelación, Felipe hijo no era gallo que le pudiera ganar a Martín del Campo.
Así las cosas, Feli-Pillo, bravucón y burlón como es, se refirió a Toño como “el hijo de un taquero que quiere ser presidente municipal” y sentenció: “¡Como no quieren a mi hijo, entonces voy yo por la alcaldía!”.
Se registró como precandidato y reagrupó a su bola de rufianes a los que nombró “Espartanos”.
El abarrotero andaba feliz, Rubén Camarillo “El Gasolinas”, Alfredo “El Mosco” Reyes, Marco Aurelio Hernández “El Prestamista”, entre otros, comenzaron a llamarle “Señor Alcalde”.
Ninguno de ellos daba un peso “por el hijo del taquero”, “¿Toño contra don Felipe? ¡No, hombre, no, don Felipe se lo va a coger!”.
Y llegó el gran día, los panistas llenaron las urnas para la elección interna… y “¡Toño se cogió a don Felipe!”.
El abarrotero montó en cólera y dijo que además de hacerle trampa le hicieron guerra sucia y que acudiría hasta la ONU para denunciar el fraude, pero nuevamente fracasó, nadie lo peló.
Finalmente Toño no sólo ganó la elección interna, sino la Constitucional y el 1 de enero de 2014, oficialmente, asumió la presidencia municipal.
Pero el abarrotero se quedó calientito y a güevo” –cómo dice el líder ganadero Pepe Guzmán quería la alcaldía y mandó a su hijo a Movimiento Ciudadano (MC) en las siguientes elecciones.
Feli-Pillo, así como abandonó al PRI en su momento, abandonó al PAN y se fue al MC a apoyar la campaña de su primogénito, creyendo, a pie juntillas, que su hijo sería el ganador.
Dicen que el abarrotero le metió mucho dinero, pero otras fuentes aseguran que el que le metió bastante lana fue el hijo, quien se endeudó hasta la médula creyendo que después se repondría, una vez que estuviera en la alcaldía, en donde en tres años dispondría de algo así como 9 mil millones de pesos.
Malas noticias: El chamaco del abarrotero no sólo perdió abrumadoramente contra la panista Tere Jiménez, sino que en su derrota arrastró al MC que perdió sus prerrogativas.
Feli-Pillo por poco muere de un infarto, pero su amigo y socio, el cardiólogo Memo Llamas Esperón, le salvó la vida; sin embargo, Felipe ya no fue el mismo: era un cadáver, políticamente hablando, insepulto: traicionó al PRI, después al PAN y por poco liquida al MC.
Entonces, de qué habla Feli-Pillo cuando critica sobre “orígenes”, “principios” e “incongruencia” de los partidos sólo por aliarse e intentar sacar de “Los Pinos” al PRI?, vaya cinismo del expriísta, expanista y exemecista.
Y CON ESTA ME DESPIDO…
Después de la aplastante y humillante derrota que sufrió Felipe González Ramírez, en su segundo intento por ser alcalde de Aguascalientes, se hundió en la depresión, dicen que quedó a deber mucho, mucho dinero, porque a su campaña le invirtió decenas de millones de pesos.
Otros dicen que tuvo malos manejos de dólares en sus Casas de Cambio, pero la verdad pocos supieron el motivo de su fuerte depresión, que lo alejó de la vida política y social.
Así las cosas, el 26 de abril de 2017, una macabra noticia se esparció como reguero de pólvora: “¡Se suicidó el hijo del exgobernador Felipe González, se ahorcó en un árbol cercano al río San Pedro!”.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jeuves 18).