Por Jorge Arturo Ferreira Garnica

La Revolución de 1910

La Revolución Mexicana quedó en el olvido, y no cumplió con los ideales revolucionarios plasmados en la Constitución del 17 (Foto: Archivo/ Iván Stephens/Cuartoscuro)

La Revolución Mexicana quedó en el olvido, y no cumplió con los ideales revolucionarios plasmados en la Constitución del 17 (Foto: Archivo/ Iván Stephens/Cuartoscuro)

EL PASADO lunes se cumplieron 107 años de haberse gestado no la última de nuestras guerras intestinas, pero sí la más sangrienta, aunque no la más violenta (esa la vivimos en el día a día para poder subsistir): “La Revolución Mexicana”. Según las notas publicadas por la prensa en general, muestran hartas evidencias sobre la ignorancia de un sinnúmero de mexicanos acerca de qué es lo que se celebra o conmemora el 20 de noviembre de cada año. Confusiones sobre sucesos y gestas históricas también las hubo. En suma, estamos reprobados en historia. No existe una real y verdadera memoria colectiva.

QUIZÁ A ello se deba que a casi 11 décadas de continuar en pie de lucha por lograr edificar una verdadera democracia, esta brille por su ausencia. Si acaso en el plano electoral, y eso a partir de que el órgano autónomo creado exprofeso para dar transparencia, certeza y legalidad a los procesos electorales. Sin un IFE ahora INE, las elecciones no habrían adquirido el grado de certidumbre de que ahora gozan, no obstante que uno de los actores políticos de primera línea se haya obstinado en desprestigiar, “e incluso mandar al diablo”, no aceptando las derrotas que el voto de millones de mexicanos le infligieron en las urnas.

MERCED A esta sólida institución, fenómenos político electorales como la alternancia y Gobiernos divididos eran algo jamás visto, quizá soñado, pero nunca vivido. Las viejas y nuevas generaciones ya dejaron en el cajón de los olvidos aquellas elecciones fraudulentas, violentas, sangrientas, cuestionadas y protestadas. Supongo que ese olvido tiene raíz precisamente en que en la actualidad ya no queda con vida ninguno de los participantes en ese proceso de lucha social y política por erradicar de México injusticias, atropellos, despotismo y otras prácticas iguales o peores. Quienes nacimos en la era de la posrevolución tampoco recordamos nada sobre estos sucesos, o no queremos recordarlos.

LA IMPARCIALIDAD y profesionalismo del IFE-INE nos obsequió, luego de más de 70 años de Gobierno de un solo partido, un cambio por la vía pacífica en la conducción política de nuestro país, eso ocurrió en el año 2000, y se repitió en el 2006 (PAN); períodos en los que nihil novum sub sole, es decir, no hubo ningún cambio notable, incluso a sabiendas de que los postulados del partido que le dio vuelta a la tuerca eran no solo la principal oferta, sino también la esperanza de millones y millones de mexicanos, incluido el escribidor, como dice el buen amigo Jesús Eduardo “Supe” Martín Jáuregui.

Y ES QUE NO era posible que ese giro tan impetuoso lograra también dar otra vuelta de tuerca a la forma de gobernar. Se concretó a sacar al PRI de Los Pinos. No habíamos visto otro ejemplo del buen o mal Gobierno que el del partido “surgido de la Revolución” (PRI). Pero tampoco los políticos e intelectuales de los dos regímenes que duro esa alternancia tuvieron la creatividad, sagacidad y, menos aún, la visión para retomar lo positivo y eliminar lo negativo supliéndolo por las condiciones básicas e indispensables para todos los mexicanos, y no continuar bajo los mismos usos y costumbres de sus adversarios. Condiciones que ni el uno ni el otro nos brindaron. Dos partidos diferentes y una misma forma de Gobierno. Una igual forma de corrupción. Un igual trato y predisposición para con los dueños del dinero. Y un igual olvido y a la vez marginación del grueso de la población. Los pobres que hicieron la Revolución ya no somos los mismos, hemos cambiado, nos hemos multiplicado, diría Pablo Neruda, y la Revolución que hicieron nuestros muertos fue devorada por los hijos de esos muertos, y los hijos de sus hijos.

¿EL RESULTADO? Esta crispación generalizada cuyas causas no son otras que la ineptitud de toda esa caterva de pillos que se dicen o sienten hombres de Estado, es decir, los aprendices de político. Entre las múltiples cosas que mi mente supone está la de que, según mis supuestos o desvaríos, desde el Gobierno de Adolfo López Mateos a la fecha no hemos tenido un gobernante sobrio, con carisma, más o menos eficiente y eficaz, respetado y querido por el pueblo. López Mateos se equivocó en la designación de su sucesor, no obstante la observación que le hizo nuestro paisano Manuel Moreno Sánchez sobre el temperamento colérico de Díaz Ordaz y el riesgo que representaba para el país un gobernante con ese temperamento, y lo mostró así en el 68. Este también se equivocó en su designación y a partir de entonces todo ha sido crisis económica, devaluación de nuestra moneda frente al dólar, desborde del crimen organizado, inseguridad y miedo, y mejor ni le sigo.

ESTE ES el escenario en el que los aprendices de político abrevan para luego catapultarse a gobernar sus entidades federativas, y soñar con llegar a ocupar la Silla Presidencial.

LOS GOBIERNOS surgidos en un breve periodo de la posrevolución lograron no sólo la reconstrucción del país, sino también su avance en los planos agrícola, industrial y comercial, bla, bla, bla. Tenían mayor intuición y mejor olfato político para administrar el país, que toda esta legión de engomados con posgrados en Yale, Harvard, etcétera, etcétera.

EN AGUASCALIENTES estamos en igualdad de circunstancias, pues el último gobernador honrado y dedicado a servir a su pueblo fue el Profesor J. Refugio Esparza Reyes, de ahí para acá sólo hemos visto pasar ambiciosas generaciones cuyo único propósito es convertirse en nuevos ricos, al igual que en el nivel nacional. Un cumplido para el profe Cuco, donde quiera que esté, desde la brevedad de este espacio.

ESTO ES lo que nos ha dado la nueva generación de “políticos”. Como ejemplo podemos poner el caso de Aguascalientes, por conocerlo mejor.

¿CUÁLES HAN sido los logros del actual gobernador Martín Orozco y su equipo?

LO QUE MÁS destaca del actual Gobierno es ese constante uso mediático refiriéndose al anterior Gobierno y los supuestos desvíos de los dineros públicos, y lo que se dice se va a hacer, pero que no se ha hecho, ya sea en sancionar esos desvíos de dinero o en acciones de Gobierno, como tratando de inculcarnos que si no hay logros, es por culpa del anterior Gobierno, pero que se está haciendo todo lo posible por avanzar. Además del elevado costo de intentar crear una imagen positiva del actual Gobierno a sabiendas de que eso no será posible. Esas carretadas de dinero mal empleado podrán aplicarse a programas novedosos enfocados a disminuir la miseria, que es mucha, allá en lo guetos de los cuatro puntos cardinales.

ESE ABUSO mediático me parece pueril, y lo que yo advierto, al menos para mí, es la incapacidad para gobernar, sea por falta de preparación o de una formación política adecuada para hacerlo, pero el caso es que nuestro gobernador y su equipo no están trabajando para brindarnos las condiciones que requerimos para seguir empujando fuerte, como es habitual en los aguascalentenses. O bien su equipo de asesores no está funcionando, o quizá, que sería más grave aún, que el titular del Ejecutivo local no les haga caso ni a ellos ni a sus colaboradores, lo cual confirmaría mi suposición de la impreparación y carencia de oficio político.

HEMOS LLEGADO a ser modelo a nivel nacional en diversas ocasiones y por diversas aportaciones en el plano no únicamente de la producción, sino también en el ámbito de la administración pública, y por supuesto académica, y no digamos la festiva, amén de otras más.

¿QUÉ SERÁ tan difícil retomar el rumbo? Las condiciones para el gobernante están dadas, es el capital y empuje humano de aguascalentenses nativos o avecindados, sólo falta que nuestro gobernante nos brinde las condiciones que requerimos para seguir echando p’alante. ¡Vamos Martín, tú puedes!

EN SUMA, la Revolución Mexicana quedó en el olvido, y no cumplió con los ideales revolucionarios plasmados en la Constitución del 17. El campo está prácticamente abandonado. Los pobres somos más pobres y nos hemos multiplicado. La inseguridad es el pan de cada día. El analfabetismo no se ha podido abatir. Los servicios de salud son insuficientes y de mala calidad. El trabajo mal remunerado y escaso. Los abusos del poder y las injusticias continuaron y se acrecentaron. La canasta básica inalcanzable para la gran mayoría de mexicanos, y así un largo etcétera, etcétera.

SÓLO HAY algo destacable: Una generación de nuevos ricos, cada seis años, en el plano nacional y en el local. Esto último es la verdadera razón por la que toda esta banda de pillos e improvisados “políticos” aspiran a ocupar las posiciones en el plano del poder público. Sólo piensan en llenar sus bolsillos de dinero y sentirse triunfadores. De ahí que, aunque reprobados en historia, no saber qué se celebra el 20 de noviembre o alguna otra fecha patriótica es mejor, pues al menos nada hay que celebrar sobre la Revolución de 1910.

NO QUEREMOS una política asistencial, el socorro, el favor y la dádiva nos hunde todavía más. Queremos que el Gobierno genere las condiciones propicias para abrirnos camino por nuestra propia cuenta. No queremos el pescado, queremos aprender a pescar. Las instituciones ya están, únicamente falta acercarlas a la gente, coordinarlas y ponerlas a funcionar. ¿Será mucho pedir?