La Separación de Cataluña de España en 1640

Por Carlos Alberto Sánchez Villegas*

“El corpus de sangre”, de Antoni Estruch en 1907

“El corpus de sangre”, de Antoni Estruch en 1907

EN LAS semanas recientes hemos escuchado un tema muy recurrente en los medios de comunicación que tiene que ver con Cataluña y su posible independencia de España. Es un asunto que nos ha llevado desde la indignación por el uso de la fuerza por parte del gobierno español para impedir el referéndum por la independencia, hasta la expectación por ver qué sucedería posteriormente. En esta ocasión estimado lector hablaremos sobre la crisis del imperio español que llevó a la separación de Cataluña en el año de 1640, lo cual puso al entonces virreinato de Cataluña en manos de la corona de Francia y es un recordatorio de la autonomía catalana que data desde siglos atrás.

EN 1469 Fernando de Aragón e Isabel de Castilla contrajeron matrimonio, uniendo los dos reinos y para 1492 los llamados reyes católicos habían logrado expulsar de Granada a los últimos musulmanes de la península ibérica, logrando unificar la mayoría de la península bajo una misma corona, alianza que se complementaría para 1580 con la incorporación de Portugal al reino español.

PERO A pesar de esta unificación de Castilla y Aragón, ambos reinos siguieron conservando su autonomía y sus costumbres. En Castilla se estableció la capital del reino, Madrid, que también se caracterizaba por el fuerte control que el rey mantenía sobre sus instituciones y población, mientras tanto Aragón, que se constituía de Valencia y el principado de Cataluña, tenía una mayor independencia y sus cortes decidían sobre la vida su población por encima de las decisiones del rey. Con el paso de las décadas el imperio español adoptó el sistema de virreinatos quedando Cataluña como un virreinato más de España.

CADA VEZ que la corona española recaía en un nuevo heredero por tradición, éste tenía que convocar las cortes catalanas y jurar ante ellas, esta oportunidad también era aprovechada por el rey para recaudar fondos para la corona e impartir justicia en el virreinato. En 1621 llegó al trono Felipe IV, pero no fue hasta 1626 que convocó a las cortes de Cataluña, pero esto no fue con intención de jurar como rey sino por la necesidad económica que la corona española tenía encima. La tardanza de la convocatoria de las cortes también había indignado de sobremanera a los catalanes, ya que se sentían desplazados por la corona y sentían que solo se les tomaba en cuenta ante la decadencia económica de Castilla, algo que no estaba tan alejada de la realidad.

LA RAZÓN por la cual Felipe IV no viajó a Cataluña sino hasta 1626, tiene que ver por la falta de fondos de la corona, no se tenía dinero para mover a toda la corte real, pero hubo la necesidad de emprender el viaje por la guerra que acababa de estallar contra Francia, por lo que Felipe IV decidió convocar cortes para recaudar más dinero. Para Cataluña lo fundamental de las cortes era recibir la justicia del rey en distintos temas, así como los nombramientos reales a sus familias más reconocidas. Desde la apertura de Cortes hubo muchas tensiones, las propuestas del rey para recaudar dinero entraron en punto muerto, por lo que el rey salió sin haber obtenido lo que quería de Cataluña, y los habitantes de esta misma quedaron hondamente decepcionados de la corona. (1)

OTRO ASUNTO que generó tensiones era la designación de los virreyes, para la elección de éstos se procuraba sobre todo que los mismos no fueran originarios del virreinato que iban a gobernar, esto con el fin de evitar corrupción por parte de los virreyes. En Cataluña esto generaba descontento debido a que los virreyes que llegaban tenían poco conocimiento sobre el territorio y sus costumbres. En 1638 sería designado virrey de Cataluña el conde Santa Coloma, quien desde el inicio entró en conflicto con la diputación catalana.

EN LA GUERRA con Francia la preocupación de la corona recaía en la frontera que Cataluña compartía con ésta, por lo que reforzó militarmente el virreinato causando el descontento de la población por los abusos de la milicia en territorio catalán. Este fue un detonante en las tensiones que se vivían en ese momento con la corona. La rebelión estallaría en junio de 1640, durante la celebración de Corpus Christi el día 7, era tradición que los segadores entrarán a la ciudad de Barcelona, muchos de estos enojados por los abusos de la milicia y el mal gobierno de Santa Coloma, decidieron actuar levantando una rebelión que terminó ese día con el asesinato del virrey en las playas de Barcelona mientras este intentaba huir.

LA DIPUTACIÓN catalana había entrado en pláticas con el rey de Francia, desde ese momento Cataluña quedaba en manos del rey de Francia. Pero la crisis del imperio español no terminó aquí en el mismo año de 1640 la rebelión de Portugal había iniciado por lo que en el mismo año perdieron Portugal y Cataluña. La separación de Cataluña duró 12 años, Portugal nunca volvería.

FUE EN 1652 que la corona de España volvió a tomar la ciudad de Barcelona, el rey extendió el perdón general y juró respetar las constituciones catalanas, por lo que Cataluña volvió al imperio español, pero perdió la provincia del Rosellón. Por otro lado, Cataluña siguió manteniendo sus tradiciones e instituciones.

COMO PODEMOS observar la historia de las tensiones de Cataluña y España es algo que tiene un hondo antecedente histórico, y es bueno observar estas raíces para entender más a fondo el conflicto que se está dando en nuestros días, tal vez el presente escrito es breve y resumido, pero nos da una pequeña muestra de lo que ha sido este tema desde siglos anteriores.

Nota

  1. Elliott, John, La rebelión de los catalanes. Un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640), Siglo XXI editores, España, 1999, p.197.

*Historiador, escritor y columnista. Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.