Las Docuficción y Docudrama

Por Mario de Ávila Amador

“Filo, crónicas de universidad”, buen ejemplo de docuficciones

“Filo, crónicas de universidad”, buen ejemplo de docuficciones

En recuerdo de Jorge Galván

LOS TIEMPOS actuales son muy demandantes en cuanto a los contenidos que se puedan trabajar en las televisoras que siguen apostando por los esquemas tradicionales. Sin enfocarnos estrictamente en los medios de difusión, los contenidos cobran una relevancia grande, dado que éstos también enfrentan gran competencia, en comparación con lo que se tenía hasta antes de la irrupción de las redes sociales y las nuevas formas de visionado a través de la web.

LAS CLÁSICAS telenovelas han caído estrepitosamente, al grado de que las grandes televisoras han tenido que buscar acciones que les permitan recuperar recursos, como reducir el número de episodios y eliminar algunos privilegios a los actores de primer nivel, como las exclusividades. Poco a poco han ido cambiando las tramas y se han ido dejando de lado las historias de cuento de hadas, por contenidos más actuales y de rápida resolución, cada vez más parecidas a las series que pueden verse en los canales de televisión de señal restringida. De otros formatos mejor ni hablamos, las revistas matutinas siguen siendo importantes pero día a día más insulsas.

DESDE LUEGO lo anteriormente escrito se enfoca principalmente en las televisoras comerciales. Como siempre señalo, las alternativas a esos contenidos deben venir de las televisoras culturales y de las universitarias. Durante muchos años éstas, principalmente las de gobierno, buscaron copiar formatos de la televisión comercial. Los tiempos actuales son propicios para que estas entidades, especialmente las que se insertan en las universidades, propongan distintas estructuras y que ofrezcan contenidos de interés, e incluso pudiéramos decir, necesarios, para los públicos receptores.

LAS TELEVISORAS estatales (culturales) y las universitarias tienen, como ocurre con muchas ciencias, la posibilidad de enfocarse a situaciones poco tratadas en los canales nacionales. Enfermedades concentradas en ciertas entidades por las situaciones geografías y de los recursos naturales que existen en una región; las historias de personajes poco reconocidos a nivel nacional o internacional; escritores y artistas plásticos que no son visibles para tratadistas de altos vuelos, son reconocidos entre médicos, historiadores o críticos regionales y son ellos, los profesionales de la región, los que toman en cuenta las circunstancias específicas de esos casos.

UN GÉNERO que surgió a inicios del nuevo siglo, derivado del cine, para la televisión en Sudamérica, es conocido como “Docuficción”, también llamado “Falso documental”. Se confunde con el “Docudrama”, pero ambos tienen diferencias muy marcadas. Docuficción es la combinación de Documental y Ficción; paradójico pues es una mezcla entre realidad e imaginación. Su objetivo captar la realidad tal como es pero al mismo tiempo introduce elementos irreales, ficción en el discurso, para imprimir fuerza a la representación de la “realidad” que se busca mostrar. Presenta situaciones reales (muchas veces “preparadas”), con personajes reales, representándose a sí mismos, pero en las que además existe al menos un personaje que no es real y que tiene un gran peso en el desarrollo de los acontecimientos narrados.

“FILO, CRÓNICAS de universidad” es un programa, “Docuficción”, que tuvo una gran aceptación en las cadenas abiertas de televisión de Argentina. Producida por Mulata Films, se realiza en la Universidad de Buenos Aires y cuenta solamente con dos actores, Carla Pantanali Sandrini, que interpreta a una estudiante, Lucía y Daniel Montorelli, Camilo, que interpreta a un asesor de la carrera, pues el resto de los personajes que aparecen son interpretados por ellos mismos, es decir, a cuadro están los maestros y alumnos de la propia universidad; para este escrito, el capítulo visionado fue “Literatura y cultura popular” y se representan a sí mismos las licenciadas Adriana Imperatore, María Cristina Ares y Alicia Montes, así como la doctora Ana María Zubieta, todas parte del cuerpo académico de la carrera de Letras, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

EL DOCUDRAMA, en términos generales, ha sido poco utilizado por la televisión. En México se hicieron algunas telenovelas como “El Carruaje”. En este caso, la temática debe apegarse totalmente a los hechos reales, pero son representaciones dramáticas, con toda la carga de subjetividad que pueda tener esto. En cine existen una gran cantidad de ejemplos de este género y en televisión resaltan las producciones de Ernesto Alonso en mancuerna con Miguel Sabido como guionista. “Senda de Gloria”, de 1987, fue la última realizada por estos dos grandes de la televisión mexicana.

NO SE TRATA de descubrir el hilo negro, pero sí es necesario poner una buena dosis de creatividad para competir en el mundo de la televisión. Insisto en que los gobiernos de los estados y la universidades, tienen “per se” una gran cantidad de recursos para lograr competir dignamente en el concierto de la televisión, docudramas y docuficciones pueden ser buenas alternativas, ahí está “Filo, crónicas de universidad” para demostrarlo.