El Retablo Barroco de la Parroquia de Jesús Nazareno de Jesús María

Por Vicente Agustín Esparza Jiménez / Centro INAH Aguascalientes

En el interior de la Iglesia de Jesús Nazareno en Jesús María se encuentra uno de los dos retablos barrocos que existen en el estado de Aguascalientes

En el interior de la Iglesia de Jesús Nazareno en Jesús María se encuentra uno de los dos retablos barrocos que existen en el estado de Aguascalientes

MUY POCOS saben que en Aguascalientes existen solamente dos retablos barrocos: uno de ellos se encuentra en la iglesia de la ex hacienda de Pabellón de Hidalgo, perteneciente al municipio de Rincón de Romos y el otro en la iglesia de Jesús Nazareno en el Municipio de Jesús María.

EN TÉRMINOS generales, el retablo es una estructura ornamental que se coloca detrás de los altares de las iglesias y contiene elementos decorativos de gran belleza, ya que en su mayoría fueron realizados en madera labrada y dorada, aunque los hay también de mármol, piedra y otros materiales. Con la aparición de una nueva corriente artística como lo fue el neoclásico a fines del siglo XVIII, algunas obras, entre ellas los retablos barrocos, se destruyeron para sobre sus cenizas construir otros de estilo neoclásico.

EN LA NUEVA España el uso de las pilastras y columnas estípites fue introducido por Jerónimo de Balbás a principios del siglo XVIII, siendo Felipe de Ureña el que extendió su empleo por todo el Bajío mexicano. En la villa de Aguascalientes la difusión del barroco como un nuevo estilo decorativo y constructivo surgió con mayor fuerza a mediados del siglo XVIII en edificios religiosos pero también en retablos que fueron confeccionados para adornar los altares de los templos.

EL PRINCIPAL impulsor de la construcción de retablos en la villa de Aguascalientes fue Manuel Colón de Larreátegui, cura párroco de Aguascalientes entre 1733-1758, a quien se le debe la conclusión y bendición del templo parroquial del villorrio el 4 de octubre de 1738, tanto en lo que se refiere a su portada de estilo barroco salomónico como a la ornamentación del mismo, pues renovó los altares y agregó un precioso retablo, el cual se estrenó el 25 de octubre de 1744; este retablo contenía catorce estatuas y siete angelitos llamados los siete príncipes y fue fabricado en la ciudad de México en el taller del afamado constructor y armador Felipe de Ureña. Al parecer Ureña mandó a su yerno Juan García López de Castañeda para que lo montara, pues sabe que fueron socios en el negocio de los retablos hasta el año de 1750; posteriormente Castañeda trabajó por su cuenta hasta su muerte en 1763. También se sabe que Ureña tenía su taller en la calle de Tacuba (hoy 5 de Mayo) en la villa de Aguascalientes.

EN DICIEMBRE de 1700 se fundó Jesús María de los Dolores y pronto sus habitantes se dieron a la tarea de construir un templo, el cual se inició hacia 1720. Sin embargo, durante varios años los avances fueron pocos, pero a la llegada de Colón de Larreátegui a la Parroquia de la Villa de Aguascalientes, éste los animó en septiembre de 1733 para que continuaran con la edificación, la cual concluyeron en febrero de 1750, como reza el Libro Primero de Gobierno de la Parroquia de la Asunción:

“EL DÍA 8 de febrero de 1750 […] se dedicó la Iglesia del Pueblo de Jesús María […] La Iglesia estaba comenzada y en cimientos el año de 1735, suspensas y sin proseguirse hacía algunos años. Y a los 20 de febrero del mismo año del 35 se dio principios a su progreso […] El retablo era el viejo que tenía esta parroquia de San José (se refiere al retablo no a la parroquia), por el que dieron 100 pesos los indios, que se aplicaron en el nuevo [retablo de San José] que se construyó en esta Iglesia Parroquial”.

JUAN GARCÍA López de Castañeda se encargaría de construir el “retablo de San José de la Parroquia de Aguascalientes, hoy localizado [en el templo de] Jesús María”. Así lo confirman el historiador José Antonio Gutiérrez y el presbítero Ricardo Corpus; el retablo tal vez fue traslado a la iglesia del pueblo de Jesús María entre 1750-1753, cuando se inauguró el nuevo retablo del señor San José en la parroquia de la villa de la Asunción: “El día 19 de marzo de 1753 se estrenó y dedicó el retablo de Señor Sn. José, colocado en esta parroquia en el crucero siniestro de ella, con vísperas, misa y sermón”.

POR FINAL, el retablo del templo de Jesús María pudo conservarse dado que se escapó de la destrucción del barroco tras la aparición del neoclásico debido a que permaneció oculto bajo otro. Hoy en día el retablo es una joya colonial que forma parte del patrimonio cultural material de Aguascalientes y vale la pena ser conservado y visitado, dado que lo que no se conoce no se valora.

Fuentes:

Reséndiz, Alfonso, “El taller de Felipe de Ureña en Aguascalientes y la difusión del barroco estípite en la región”, en Primer Certamen Histórico-Literario, Presidencia Municipal de Aguascalientes, 1992. Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio, Historia de la Iglesia Católica en Aguascalientes, Vol. I, Universidad Autónoma de Aguascalientes/Obispado de Aguascalientes/Universidad de Guadalajara, 1999. Gómez Serrano, Jesús, “Los indios de Jesús María y su lucha por la tierra, 1699-1910”, en Hacendados y campesinos en Aguascalientes, Aguascalientes, Centro de Investigaciones Regionales de Aguascalientes, 1985. Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio, Historia de la Iglesia Católica en Aguascalientes, Vol. II, Universidad Autónoma de Aguascalientes/Obispado de Aguascalientes, 2003. Corpus Alonso, Ricardo, La catedral y su cabildo, Aguascalientes, Editorial Progreso, 1969.