Los Arcos Aguascalientes ...están chafeando gacho...

Los Arcos Aguascalientes
…están chafeando gacho…

* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
A  RÍO REVUELTO…

La mayoría de los “empresaurios” y mercaderes pretenden aumentar costos y precios de sus productos y servicios a su arbitrio, con el pretexto del Gasolinazo.

Si bien a todos los “supermachos” (Rius dixit) nos pegó y nos seguirá pegando dicho aumento (quesque por el precio internacional de los energéticos –re-verenda mamada–), no se vale que con tal pretexto aumenten sus mercancías y servicios en la misma proporción.

Por eso el Líder de la Unión Ganadera Regional, Pepe Guzmán, les advirtió a los carniceros no pasarse de lanza, o sea: que no especulen  ni aumenten los precios de la carne, pues en el pecado llevarían la penitencia, ya que, de hacerlo, las ventas se vendrían abajo.

Pero además, subrayó, que “el precio internacional de la carne no ha subido”. Pocas veces he escuchado a un líder recomendar que no suban los precios.

Y Guzmán compartió algo harto interesante:

“El precio del ganado en pie es de 42 pesos el kilo y, en canal, 62 pesos; mientras que el precio al público de la pulpa (parte media de las ‘piernas’ de la res) es de 120 pesos el kilo”.

Hay nomás pa’que le vayan midiendo el agua a los camotes.

Así es que los carniceros sí tienen muy buen margen de ganancia, por lo que si comienzan a especular y aumentar los precios a su arbitrio, a “güevo” van a provocar que sus ventas bajen de manera alarmante.

Y eso es lo que le preocupa a Pepe Guzmán.

¡Cuidado!

Y LA CANIRAC…

Por las mismas.

Santiago Muñoz Romo, presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), declaró a esta Casa Editorial que, a pesar de los gasolinazos y el aumento al precio de la tortilla, sus agremiados “aguantarán el alza y no incrementarán sus precios…” o casi:

“Vamos a tratar (sic) de ajustarnos lo más que se pueda o aguantar para no aumentar precios y tener una clientela constante como la hemos tenido hasta ahora”.

Ya veremos, dijo un ciego.

PORQUE…

Chan, chanchán… Son varios los restaurantes que se están pasando de viborones, sin siquiera ponerse a pensar que lo que están haciendo es matar a su propia “gallina de los güevos de oro”.

Y esto es lo que están haciendo los dueños de la franquicia del restaurante “Los Arcos”, pues desde hace tiempo están defraudando a la clientela, de la manera más ojéis y cuyeya.

Hace unas semanas acudí a ese lugar y pedí callo de hacha, pero me sirvieron una orden de ínfima calidad, protesté y me la cambiaron por otra que estaba mejor, aunque no de la calidad con la que iniciaron cuando llegaron a la tierra de la gente buena.

Después pedí unos ostiones.

La concha era grande, pero los ostiones eran microscópicos: nunca había visto, me cae, ostiones tan pequeños.

Volví a protestar, pues no hay por qué soportar tales abusos.

Fue entonces que me sirvieron los acostumbrados, pero no tan frescos como debieran ser, así es que le pedí al Atlante no me hicieran daño, ruego que me concedió.

Ahhh y otra cosa: ordena usted un agua mineral y le llevan una botellita de esas que parecen de cortesía, pero que se la cobran al precio acostumbrado: caro.

Vaya serie de abusos.

Al terminar le recomendé al mesero que les dijera a sus patrones que frenaran su carro, porque la gente de Aguascalientes es buena, pero no pendeja, le advertí.

También le expresé les corriera la voz a sus jefes para que fueran a echarle un ojo al “Pescador del Pargo”, su competidor en Guadalajara, restaurante donde sirven productos frescos, de calidad, buena cocina y mejores precios.

Y desde entonces no regreso yo a “Los Narcos”, perdón, a “Los Arcos”.

TAMPOCO…

Hay gente que de todo lo malo que ocurre en esta la tierra de la gente buena, le echa la culpa al exgoberladrón Carlos Lozano de la Torre “El Patrón”; está bien que el “gringo” fue muy ojeras con la raza de bronce, aún con la que siempre lo apoyó en su larga carrera como servidor público, pero hay cosas que el transa energúmeno no hizo.

Carlos Lozano de la Torre ...con su cuate César Duarte...

Carlos Lozano de la Torre
…con su cuate César Duarte…

“¿Cuáles?”, preguntará el lector, y este tecleador contesta: pues como por ejemplo la compra que le achacan del amplio terreno al lado de lo que fue “Casa Blanquita”, lugar acondicionado como estacionamiento y búnker policiaco a las órdenes de “El Patrón” las 24 horas.

Ese terreno no lo compró, como lo han escrito por ahí, “El Patrón”, sino el abarrotero de las nalgas al revés… ¡ándele!, el Feli-Pillo González González, claro está que lo hizo con el dinero del pueblo.

Recuerdo cómo fue esa compra-venta:

Feli-Pillo le echó el ojo a ese terreno anexo a Casa de Gobierno para que sus amigos, a los que invitaba a sus frecuentes bacanales, no tuvieran broncas, pues el vecindario estaba hasta la madre de que, tan selecta concurrencia, tapara con sus vehículos las entradas de sus cocheras y todavía dejara de recuerdo olorosa agua de riñón.

Pero como el dueño del terreno no lo quería vender a ningún precio y el “no”, era rotundo, entonces el abarrotero –vendedor de galletas de animalitos– se valió de un amigo común: el extinto notario público Mario López Hernández, quien entró en acción:

“Pues Felipe está empecinado en que le vendas el terreno –le dijo al dueño– y cuando él se propone algo siempre se sale con la suya. Y no me gustaría –créeme,Toño– que te empezara a hostigar y terminara reprimiéndote. Mejor véndeselo, no te expongas a su furia, mira que Felipe es gente muy cabrona e hija de la chingada”, le dijo Mario López palabras más palabras menos.

Felipe González González ...él compró el terreno...

Felipe González González
…él compró el terreno…

Toño lo comentó con su esposa y, para no meterse en problemas, le hicieron caso al asesor del abarrotero de miércoles: le vendieron el terreno al Feli-Pillo, aunque el arquitecto vigiló que dicho predio fuera escriturado a Gobierno del Estado y no a la abarrotera del entonces exgoberladrón de las famosas nalgas al revés.

Así fue como el Feli-Pillo, no “El Patrón”, “compró” ese terreno; si hay quien lo dude, que acuda al Registro Público de la Propiedad: ahí verá las escrituras de ese predio que estaba predestinado a casa-habitación, pero que por obra y gracia del doble de Donald Trump se convirtió en estacionamiento exclusivo de la “Casa del Abarrotero”, que después se denominaría “Casa Blanquita”, durante el tenebroso y criminal sexenio 2010-2016.

Y CON ESTA ME DESPIDO…

Todo indica que se cumplirá aquella sentencia de que el “peor año de un goberladrón es el séptimo”, pues al de “El Patrón” comienza a brotarle la pus donde le aprieten, ya sea en las cuentas del IEA, RyTA, IVEA, ISSEA… y ufff , pare usted de contar.

Cosa que ya le preocupa sobremanera a “El Patrón” que, desesperado, no cesa de buscar al preciso Enrique Peña Nieto, para implorarle un “güeso” en el Gobierno federal, e intentar ganar impunidad, como también lo intenta su socio y amigo César Duarte, exgoberladrón de Chihuahua, al que su sucesor, el panista Javier Corral, ha prometido meter a la cárcel.

La pregunta:

¿La amistad de los dos exgoberladrones continuará tras las rejas? Pronto lo sabremos.

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 26).