Por Alfonso Morales Castorena

En los dos diablitos que usaba el malviviente, llevaba un botín considerable de herramientas para carpintero, refacciones diversas y artículos varios

En los dos diablitos que usaba el malviviente, llevaba un botín considerable de herramientas para carpintero, refacciones diversas y artículos varios

ENTRE LA desconfianza de la sociedad porque no le den gato por liebre y la esperanza de los comerciantes de resarcir parte de las pérdidas que han resentido en el año, este día inicia el programa federal mercantil llamado el “Buen Fin”, que entre otros muchos objetivos busca incentivar la economía del país, de acuerdo a la respetable opinión de los mercadólogos profesionales.

 SIN EMBARGO, para la ciudadanía no es más que el vil engaño de los comerciantes para deshacerse de los artículos, objetos y cosas obsoletas, caducas, inservibles y pasadas de moda, que han estado almacenadas durante todo el año por su nula o escasa demanda.

 APARTE DE que el programa es atentatorio al bolsillo del asalariado, que al ser incentivado por las campañas publicitarias, no lo piensa dos veces para adquirir a costos muy elevados artículos o cosas que no necesita, que no le sirven y que van a parar a algún rincón de su casa, como lo refieren varios de esos consumidores.

 COMO SEA, agregan, es el pretexto para que todo mundo se lance a los mercados en busca de los utensilios, los aparatos, la ropa de moda, de todo tipo de satisfactores que se han estado publicitando como la solución a los problemas existenciales de la población, para que los adquiera a un precio irrisorio y muy por debajo de su costo real.

 NO SE IMAGINAN, dicen, que como en el caso de los aparatos electrónicos, los zapatos o la ropa, sus precios habituales de venta sean incrementados en un gran porcentaje y que ese mismo porcentaje se ofrezca a los compradores en potencia como “un regalo del comerciante para que se aproveche el ‘Buen Fin’”, burda copia del “Viernes Negro” comercial que se celebra en la Unión Americana desde hace tiempo.

 POR LO PRONTO y en plática con los residentes del andador peatonal de la calle Centenario, tanto estos como los comerciantes ahí establecidos, mencionaron que esperan que la usufructuaria del prostíbulo Punto y Coma, Edith Cristina de Lara Martínez, no se haya unido a esa campaña comercial y ofrezca a su clientes “Buen Fin”, porque van a tener que soportar cuatro días de escándalos mayúsculos.

 SOBRE TODO ahora que se ha propuesto tener música en vivo y a todo volumen en ese lupanar, con la finalidad de incrementar la venta de los ríos de alcohol que realiza cada fin de semana, a ciencia, paciencia y complacencia de sus “padrinos mercantiles”, Francisco Javier Luévano Núñez y Juan Roberto Delgado González, que por indicaciones de aquel, nada hace por cumplir con su alta responsabilidad como titular de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria y proceder a la clausura inmediata de esa pequeña zona roja del Centro Histórico que funciona con licencia reglamentada como restaurante-bar.

 LOS MISMOS vecinos refirieron que están temerosos que la mujer se sienta intocable ahora que su “protector de cabecera”, Francisco Javier Luévano Núñez, se instale como secretario de Gobierno en el Gabinete de Martín Orozco Sandoval y que ya de manera descarada convierta “ese hipotético restaurante-bar” en toda una real zona roja y en el más céntrico de los prostíbulos, apenas a 100 metros de distancia de la Presidencia Municipal y de la plaza principal, con servicio de 24 horas y con el Jesús en la boca comentaron entre ellos “esperemos que no sea así”.

 ENSEGUIDA NOS refirieron su temor por la inseguridad que priva en la población, la falta de vigilancia policiaca y la ausencia total de patrullaje, pese a que hace una semana entregaron tres unidades nuevas y totalmente equipadas a Seguridad Pública Municipal, de las que dijeron “sin duda las tienen a su servicio los jefes de la corporación, porque no se han visto en uso de los uniformados por las calles de la localidad”.

 AÚN ASÍ y con “las patrullas viejitas”, los uniformados atraparon a un ladrón en flagrante saqueo de la escuela secundaria Izcoatl la madrugada del martes pasado, recuperaron el botín que ya llevaba y lo remitieron ante las autoridades del ramo, “pero es hora que nadie conoce la identidad de ese pillo, ni sabemos si fue o no enviado a la cárcel”.

 EL DESCONOCIDO malviviente forzó la puerta posterior del plantel educativo, que se ubica sobre la calle Margarita Maza de Juárez, en la colonia Liberal, para allanarse el camino y con el uso de dos “diablitos” que localizó en una bodega ya llevaba en cajas y bolsas de plástico varios artículos, entre ellos dos taladros, una llanta para carretilla, herramienta diversa especial para carpintería, extensiones eléctricas para usos rudos, que le fueron asegurados por los preventivos y presentados como prueba de cargo al ser remitido a la Agencia del Ministerio Público, pero hasta ayer por la tarde el asunto permanecía sin ser dado a conocer.

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