Por Alfonso Morales Castorena

A la izquierda la escultura del herrero cuando fue inaugurada y enseguida, ya destruida parcialmente por los vándalos

A la izquierda la escultura del herrero cuando fue inaugurada y enseguida, ya destruida parcialmente por los vándalos

COMO ERA de esperarse desde que se dio a conocer la instauración de la llamada Ruta del Artista, como atractivo central para atraer el turismo y al desdén de los temores de la sociedad, en cuanto a que las obras que se montaron y afearon la estructura urbana serían presa fácil de los vándalos, tanto por la falta de vigilancia policiaca como por la oscuridad reinante en las calles, los recelos en cuestión ya son toda una realidad.

 REALIDAD QUE parece no interesarles a los promotores del llamado Pueblo Mágico, entregados como están en continuar con la publicidad de atracción de la industria sin chimeneas, para seguir explotando su inesperada mina, de acuerdo a la opinión de varios comerciantes establecidos en el Centro Histórico.

 LA ESCULTURA del herrero, que se ubica en la calle 20 de Noviembre, fue mutilada de la mano derecha, en la que sostenía un martillo y los vándalos dejaron su firma en forma de jeroglíficos inentendibles en la base de la estatua y a decir de los vecinos, su labor de zapa la realizaron durante la madrugada del lunes pasado.

 ESA FUE la tercera obra de arte vandalizada por desconocidos individuos, quienes en el transcurso de la semana pasada dañaron la escultura de Lencho el Sobador, instalada en la privada de la calle Cristóbal Colón y luego hicieron lo mismo con la obra Canasta de Tijeras, que se ubica en la calle Ignacio López Rayón, todas ellas en las inmediaciones de la zona centro.

 EN CUANTO la acción de los vándalos fue conocida por la ciudadanía, varios de sus integrantes mostraron su enfado y exigieron una mayor presencia policiaca en la zona centro o cuando menos un patrullaje más constante de los uniformados en horas de la madrugada “cuando el Pueblo Mágico luce como un pueblo fantasma”.

 LA ESTUDIANTE María Jiménez redactaría en su muro: “Siempre lo he dicho, primero educación y cultura y después adornar el pueblo, porque de nada sirve poner flores donde hay puercos, ya saben qué van a trompear”.

 POR SU PARTE la comerciante Josefina Gutiérrez asentó: “¡Gente marrana! Eso pasa por no educar bien a los hijos desde niños, luego llegan a la escuela y los quiere uno corregir y lo mandan a uno a Derechos Humanos, ahí está el resultado, pinches vándalos”.

 MIENTRAS QUE el también comerciante Alberto Bermúdez dice: “Ahí está y luego la gente dice que el presidente no hace más que llenarse los bolsillos de dinero y no arregla nada, para qué, pinche gente marrana”.

 EN CONTRAPARTE el escéptico Iván Esparza refiere: “Es una lástima, a fin de cuentas es arte, pero no me duele tanto porque todas esas historias son puros cuentos que se quieren inventar para jalar turistas, si van a contar relatos, que estén bien investigados y documentados con pruebas”.

 SECUNDA EL ama de casa Saraí de López, radicada en el extranjero, quien comentó: “Pues es una lástima y una mala imagen para el Pueblo Mágico de Calvillo, porque por más que quieran realzarlo, si la gente no se educa y respeta todo lo que se le haga al municipio, pues de nada sirve que se le haya dado el nombre de Pueblo Mágico, aparte de que para los que vivimos fuera de México es una desilusión ver que la gente que está en Calvillo no trata de progresar y educarse”.

 EN CAMBIO el comerciante Iván Naranjo redactó en su muro: “Eso es lo que le han hecho al pueblo, lo mutilaron…pero quieren cambio, pues ahí lo tienen y vendrán cosas peores, ya verán”.

 LOS COMERCIANTES, nuestros interlocutores, también criticaron la falacia de la pomposa efectividad que presumen los jerarcas del Mando Único porque exhiben su falta de capacidad para brindar seguridad a la población y se escudan en la aprehensión de inocentes, a los que imputan cuanto delito se les viene en mente.

 TAL ES EL caso del jornalero Miguel, de 45 años de edad, al que exhibió como un “peligroso pistolero” y tuvo que someter para desarmarlo “aun con riesgo de la vida de los policías que lo atraparon cuando escandalizaba con pavorosa pistola calibre 9 milímetros en la privada Laurel de la comunidad La Panadera”.

 NADA MÁS falso, aseguraron, Miguel tenía en resguardo esa pistola porque su sobrino, un adolescente de 16 años de edad, intentó suicidarse y se descerrajó un balazo, con tan mala fortuna que erró el tiro y al acudir a indagar la causa de la detonación y conocerla, desarmó al muchacho y fue a guardar el arma en su casa.

 PARA CUANDO los padres del adolescente conocieron la historia y preguntaron por el destino del arma, Miguel fue a su casa por ella y al regresar al domicilio de su hermano para devolverla, fue sorprendido por los prepotentes policías quienes a base de insultos, injurias y amenazas de muerte lo desarmaron, esa fue la historia que lo llevó a ser detenido, pero para su fortuna ya está libre.