Por Alfonso Morales Castorena

El transporte turístico El Guayequito una vez más fue utilizado por los visitantes al llamado Pueblo Mágico como cantina rodante para el consumo desmedido de bebidas alcohólicas

El transporte turístico El Guayequito una vez más fue utilizado por los visitantes al llamado Pueblo Mágico como cantina rodante para el consumo desmedido de bebidas alcohólicas

LA APARENTE calma que reinó por algunos días en el corredor peatonal de la calle Centenario, donde los residentes y comerciantes pudieron descansar del infernal escándalo nocturno que registraba noche a noche el prostíbulo Punto y Coma desapareció por arte de magia en cuanto hicieron acto de presencia “decenas de visitantes y turistas” que acudieron a la celebración anticipada del Festival de las Calaveras, la tarde del viernes pasado.

 LOS VIAJEROS fueron llevados casi a las puertas de ese congal a bordo del famoso transporte turístico El Guayequito, al concluir el recorrido obligado llamado Ruta de las Cantinas, en claro fomento al alcoholismo que realiza el patronato administrador del llamado Pueblo Mágico, en su afán por llenar sus arcas ante la falta de apoyos del sector turismo de Gobierno Federal.

 LA VISITA de los turistas, algunos ya achispados por el alcohol ingerido en todas las emborrachadurías que “deben de visitar”, donde se les ofrece los tragos que apetezcan, se prolongó hasta altas horas de la noche, con el consiguiente desvelo para quienes viven en el entorno del prostíbulo que maneja Edith Cristina de Lara Martínez y que tuvieron que soportar la inesperada “serenata que los borrachos se dedicaban”.

 MIENTRAS QUE “su transporte turístico” permanecía estacionado en un tramo de la calle Hermenegildo Galeana y el propio andador peatonal Centenario, apenas a escasos 50 me tros de distancia de las puertas principales de Punto y Coma, cuya presencia hizo decir a los comerciantes y vecinos “poco faltó para que su chofer lo estacionara frente al acceso central a ese lupanar”.

 LUEGO, COMO de costumbre, se lamentaron de haber sido ignorados por la Policía Preventiva, cuya operadora telefonista en turno ya ni siquiera se dignó atender sus llamados telefónicos y cuando lo hizo sólo fue para espetarles “los policías están de servicio en la feria de San Tadeo” y colgarles de manera sonora y molesta “porque interrumpieron su sueño”.

 POR ESO mismo, dijo el comerciante que fue víctima de los cristaleros la madrugada del miércoles pasado y de cuya identidad solicitó su reserva, los delincuentes se soltaron el pelo e hicieron de las suyas por todos los rumbos de la zona centro, incluso victimaron hasta el gerente de una institución bancaria y un empleado municipal, a quienes saquearon sus vehículos en cuanto les destruyeron los cristales, sin que les importara gran cosa los costosos daños que causaron.

 PESE A LA nula vigilancia policiaca que se les brindó durante los últimos 10 días, por centrar la atención en las fiestas patronales de la comunidad de San Tadeo, los comerciantes mantuvieron la esperanza de que ahora sí los uniformados hagan acto de presencia en los lugares acostumbrados y desaparezcan los malvivientes, lo que por consecuencia frenaría su delictiva labor.

 SOBRE TODO piden protección en la zona centro, donde se instalaron los expositores del Festival de las Calaveras, el que se desarrollará a partir de este fin de semana y hasta la próxima semana, con el objeto de que los amantes de lo ajeno con su nefasto accionar no ahuyenten a propios y extraños, lo que daría al traste con la publicitada imagen de Pueblo Mágico que se explota, “porque ya con los ríos de alcohol que corren en la famosa Ruta de las Cantinas es más que suficiente, como para soportar todavía a quienes hacen del delito y las drogas, su modo de vida”, terminaron diciendo.

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