Por Alfonso Morales Castorena

LA INCERTIDUMBRE en grado superlativo hizo presa de la población en general, al detectar la presencia de elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) en labores de patrullaje por caminos y brechas en los últimos dos días, apoyados por sus similares de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE), quienes fieles a su costumbre se mantuvieron herméticos en cuanto al motivo de su accionar por esos lugares.

 LOS ELEMENTOS policiacos montaron varios puestos de control carretero en la zona poniente de la cabecera municipal, en los que sometían a revisiones exhaustivas a cuanto automovilista y trabajador del volante hacía uso de esas vías de comunicación, aparentemente en busca de drogas o armas de cualquier tipo.

 EL PRIMERO de esos puntos de revisión lo instalaron en las cercanías de la planta gasera de la población, luego se cambiaron a la comunidad de El Salitre, de ahí pasaron a Ojo de Agua y concluyeron su accionar en las congregaciones de los Jáltiches, en los límites fronterizos estatales, ya en las cercanías de la población de Jalpa, en labores de patrullaje las 24 horas del día.  Para la población, el accionar conjunto de los elementos policiacos obedecía a la reactivación delictiva de los criminales extorsionadores telefónicos, que desde el pasado fin de semana hicieron sentir su malévola presencia a través de equipos de telefonía, móviles y fijos, para hacer de las suyas y que ante esa insistencia por esquilmar a sus víctimas por medio del terror, las denuncias no se hicieron esperar y esa sería la respuesta de las fuerzas de seguridad.

 PERO TAMBIÉN consideraron que la constante labor policiaca en el vecino estado de Zacatecas para frenar la actividad del crimen organizado obligó a las autoridades federales y a sus similares del estado y el municipio, a instrumentar tales medidas de seguridad para evitar “el efecto cucaracha” y de paso “tratar de atrapar a alguno de los peces gordos de la delincuencia organizada”.

 POR ESA razón las carreteras vecinales, caminos y brechas del poniente de la cabecera municipal están sometidas a la permanente vigilancia de los uniformados, pero las fuentes consultadas no desmintieron ni corroboraron la causa de esas labores, como tampoco dijeron si algo tenían que ver con el cerco que tendiera la Tercera Jurisdicción Sanitaria para blindar al municipio y evitar problemas de salud pública a la población, si acaso la epidemia de zika que se registra en Juchipila queda fuera de control de las autoridades médicas de aquella población y se propaga a las localidades cercanas.

 POR OTRA parte, los vecinos y comerciantes establecidos en los andadores peatonales Centenario y El Parián temen que el fin de semana sea de escándalos al por mayor a causa de la actividad que desarrollan las emborrachadurias Punto y Coma y Al Pariamm, la primera que cuenta con local cerrado para atender a sus borrachos clientes y la segunda que funciona como “la más céntrica de todas las cantinas de la localidad”, en plena vía pública, frente a la plaza principal y a menos de 100 metros de distancia de la Presidencia Municipal y del templo del Señor del Salitre.

 SU TEMOR obedece a que aquellos que inicien la parranda en el otrora expendio de nieves de yogur, al cierre de actividades, intenten continuar su juerga en el cercano prostíbulo Punto y Coma, que el sacaborrachos en funciones de guardia de seguridad privada les niegue el acceso por cualquier causa o pretexto y que esos individuos, ya trastornados por las bebidas embriagantes monten en cólera y las consecuencias de esas actitudes no se hagan esperar.

 DE SER ASÍ, dijeron los mercaderes, quienes van a tener que soportar otra noche de desveladas y escándalos al por mayor, serán quienes viven en el mismo sector donde está esa casa non sancta y como tiene “la protección oficial del alcalde Javier Luévano y la de su socio, el jefe de Reglamentos, Juan Roberto Delgado González”, no habrá autoridad alguna que tome cartas en el asunto.

 LOS COMERCIANTES esbozaron la esperanza de que con el cambio de administración, la tranquilidad retorne a estos sectores del Centro Histórico y que el nuevo presidente municipal, Adán Valdivia López, cumpla su palabra de brindar seguridad y paz social a la población desde el primer día de su mandato, de lo contrario vamos a confirmar que solo nos dio atole con el dedo, terminaron diciendo.