Por Alfonso Morales Castorena

LOS AIRADOS vecinos y comerciantes establecidos en el corazón del Centro Histórico, en el andador peatonal Centenario, están esperanzados en que la vigilancia policiaca extraordinaria que anunció el secretario de Gobernación Municipal, Omar Williams López Ovalle, no quede en mera palabrería y se aplique a regular el funcionamiento del prostíbulo Punto y Coma, ante la indolencia de su corrupto superior inmediato, Francisco Javier Luévano Núñez, para resolverles el grave problema social que les representa la actividad nocturna de esa emborrachaduría.

 EL FUNCIONARIO municipal aseguró que desde el sábado pasado –dos de este mes –ya opera ese programa tendiente a inhibir la presencia delictiva en la región y en su caso combatirla con energía, pero quienes están siendo afectados por la escandalera que priva en la casa non sancta de referencia, no les ha aparejado beneficio alguno.

 RECONOCEN SIN embargo, sin que tal circunstancia sea imputable a ese severo esquema de vigilancia que se ha implantado en la población, que al menos los dos últimos días de esta semana –lunes y martes– la usufructuria del negocio, Edith Cristina de Lara Martínez, ha dispuesto la conclusión de sus actividades una hora antes de la medianoche.

 ES DECIR, dijeron en forma concordante, en esos dos días hemos descansado un poco de tanto escándalo, que era el sello característico de su funcionamiento nocturno, porque la lenona ha cerrado su prostíbulo entre las 11 y las 11. 30 de la noche, cesando todo ruido casi de inmediato y en cuanto sus empleados bajan la cortina y cierran la puerta.

AUNQUE LUEGO se deja escuchar la música, pero ya a un volumen muy bajo que no causa molestia y solo por algunos momentos y ya para los primeros minutos del día siguiente, el silencio impera en la zona y salvo las alegatas de los últimos borrachos que salieron del antro y se van alejando pausadamente, la tranquilidad se hace presente y así podemos disfrutar del descanso nocturno acostumbrado, el que añorábamos desde que ese infecto negocio empezó a funcionar, agregaron los residentes de esa zona habitacional.

 LUEGO NOS comentaron que el cierre temprano del prostíbulo obedezca no a la sobre vigilancia policiaca dispuesta por el secretario de Gobernación Municipal, sino más bien a la ausencia de clientes por la fala de dinero, cuya crisis económica actual ha pegado duro en los bolsillos de todo mundo y como la situación no está “como para darse el lujo de malgastar el poco dinero que se tiene en parrandas sin fin”, los clientes del antro “prefieren solventar los gastos familiares que tirarlo a la basura”.

 TAL VEZ esa sea la explicación del cierre tempranero de Punto y Coma y no la sobre vigilancia policiaca que se tendió en la población, como lo señalara López Ovalle, porque los preventivos se dedican a buscar a los delincuentes y a brindar seguridad a la sociedad, no se empeñan en sacar borrachos o de comprobar que las cantinas, cenadurías, restaurantes-bar, cafeterías o cualquier otro tipo de negocio que explote una licencia reglamentada, respeten horario alguno, solo comprueban que no haya escándalos y si los hay, detienen al infractor y dejan a Reglamentos Municipales verifique si se cumple o no con el cierre de actividades comerciales a la hora establecida.

 POR ESO mismo están esperanzados en que cuando ocurra el primer escándalo en el prostíbulo Punto y Coma, se pueda sancionar a su propietaria si se comprueba que sobrepasa la extensión de horario que “le obsequian sus socios”, el presidente municipal Francisco Javier Luévano Núñez y el Jefe de Reglamentos, Juan Roberto Delgado González, cuando intervengan los preventivos para aplacar los ánimos, detengan a los rijosos y exijan la presencia de los verificadores de Control Reglamentario para que cumplan con su deber.

 YA PARA terminar nuestra plática comentaron que “dudamos que así vaya a suceder, pero la esperanza muere al último”.