Por Mario de Ávila Amador

* El Cecino Tiene Tele

La televisión en México en 1971, fragmento de Eduardo del Río Rius, “¿Y la Tele..?”, Los Agachados de Rius, número 76, 24 de septiembre de 1971

La televisión en México en 1971, fragmento de Eduardo del Río Rius, “¿Y la Tele..?”, Los Agachados de Rius, número 76, 24 de septiembre de 1971

A Jorge Galván, pilar fundamental en el desarrollo de la TV estatal en Aguascalientes.

EL 2 DE octubre de 1968 el país vivió uno de los acontecimientos más terribles del autoritarismo nacional. Jacobo Zabludovsky, en su corte informativo de las 19:15 horas, no hizo mención alguna de los acontecimientos que minutos antes se habían desarrollado en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas. Hay quien dice que fue un silencio cómplice y hay quienes señalan que fue, en ese momento, prudencia. En su noticiario Diario Nescafé, que se transmitía de 7:30 a 8:00 horas, por una parte están los que señalan que no dijo nada del suceso y sí le achacan la frase: “Hoy fue un día soleado” (no se precisa si lo mencionó por la noche o por la mañana, pareciera que fue por la noche) y por otra, los que mencionan que se cubrió con cuartilla y media de información sin editorializar.

SERÁ MUY difícil saber con exactitud lo que realmente ocurrió con el manejo de la información en Telesistema (que además tenía un noticiario nocturno, justo antes de la media noche, conducido por Jorge Saldaña, de quien se dice que sí ofreció más y mejor información de los hechos lamentables de ese día), lo cierto es que la consecuencia inmediata fue la creación del área de información, de la cual dependía la línea editorial de la empresa y en la que se puso al frente al hijo del ex presidente Miguel Alemán Valdés, Miguel Alemán Velasco. De cualquier manera, lo que sí se conoce es que a partir de entonces, Emilio Azcárraga Vidaurreta y su hijo, dejaron en claro que la prioridad de la información estaría fundamentada en las instrucciones de la Presidencia y “del Partido”.

Y PARA qué todo este rollo si a final de cuentas tengo que señalar que ni por la noche, ni por la mañana, los aguascalentenses que contaban con televisor pudieron ver la información a través de ese medio, porque la señal que se recibía era la del Canal 2 y no la del 4, que era el canal por el cual se transmitían los espacios informativos. Pues porque tengo la sospecha de que se pensaba que la función social de la televisión (Telesistema Mexicano), en ese momento, era el entretenimiento, entendido éste como el desprendimiento de la realidad circundante (enajenación) y el canal que estaba destinado para ello era el 2, distinguido desde entonces y hasta nuestros días, por la realización de las “comedias” (telenovelas) y programas de variedades con actores y actrices del momento. Así pues, para “la provincia”, lo mejor es la “diversión simple” y no las complicaciones del diario acontecer.

ESTA PRÁCTICA paternalista se recalcó en el hecho de que, en 1969, 10 años después de haber iniciado transmisiones, el Canal 11, del Instituto Politécnico Nacional, dejó de ser dirigido por un miembro de la comunidad politécnica y pasó a ser “controlado” desde el poder, al ser su director nombrado directamente por el presidente de la República. La lectura simple, después de los hechos ocurridos en octubre del año anterior: es un error dejar en manos de una institución educativa (por los estudiantes), las riendas de un canal de televisión. El Canal 11, habrá que decirlo, en las últimas administraciones, a pesar de que sigue siendo nombrado su director por el presidente, ha demostrado ser un excelente Canal, no sólo para la comunidad estudiantil, sino para el público en general. Pero este es un tema que daría para un sinnúmero de cuartillas por sí solo.

ESTOS DOS acontecimientos de finales de la década de los 60, marcaron los derroteros, de por sí ya señalados desde su creación, de la televisión mexicana y por lo tanto de lo que podía verse fuera de la capital del país. En Aguascalientes podía accederse ya de manera constante y sin muchos conflictos técnicos, el canal 2. Los horarios de transmisión comenzaron a estandarizarse, aunque la señal en Aguascalientes iniciaba al mediodía. Comenzó a recibirse la señal de Canal 5, con una programación dirigida por las tardes al público infantil y por las noches a las series extranjeras, dirigidas más bien al público adulto, que pronto le encontró el sabor a la “televisión de acción”. Por supuesto, los eventos deportivos también tenían un lugar preeminente en las preferencias de la gente de Aguascalientes. Futbol, toros y boxeo, al igual que el beisbol, se veían mucho en la ciudad y comenzó a darse el fenómeno de que, especialmente los hombres, buscaban los lugares, principalmente bares y cantinas, que tuvieran televisión para ir ahí a “degustar un vino” o a tomar, o a emborracharse, viendo su deporte favorito.

SIN EMBARGO, ya iniciada la década de los 70, con la llegada del Canal 8, de Televisión Independiente de México, que comenzó a verse por entonces en nuestra ciudad, también se dio el fenómeno de la reunión de amigos y vecinos, en torno a una transmisión de la televisión: las señoras tejían y bordaban viendo “las comedias” (telenovelas) en la casa de la mujer que contaba con aparato receptor. Por su parte, los niños, estaban a “la caza” del amigo que tuviera en su hogar la posibilidad de ver las caricaturas o los programas cómicos de ese entonces. Llegaban a “hacer la tarea” justo cuando iniciaba su programa favorito, con la consecuente inacción con respecto a los deberes escolares. Se dio también el fenómeno de que ciertas familias abrían sus ventanas y las puertas sus casas al tiempo que subían el volumen del aparato, para que la gente se diera cuenta de que tenía televisión y después, cuando llegaban los curiosos los invitaban a pasar cobrándoles una módica cantidad. Cuando llegaba al vecindario una nueva familia, o cuando se daban cuenta por el trajín de los muebles, que alguien había adquirido una televisión, rápidamente se propagaba la noticia y desde luego se pregonaba, si es que era el caso: “El vecino tiene tele”.