Por Mario de Ávila Amador

* Nada es Gratis

“El pozo de los sueños”, sorteo de 1954

“El pozo de los sueños”, sorteo de 1954

A Jorge Galván, pilar fundamental en el desarrollo de la TV estatal en Aguascalientes.

TERMINABA EL año 1957, era noviembre y aún no había la certeza de que Aguascalientes contara con señal de televisión de buena calidad y no dependiera ésta de las condiciones climáticas. Lo cierto es que desde 1950 o 1951, algunos habitantes de la región se interesaron en contar con el nuevo medio en este lugar; los hubo desde aquellos que simplemente querían contar con un aparato receptor, hasta los que buscaban participar del mundo de la tv como un jugoso negocio. Sin embargo, los primeros se resignaron pronto a esperar pacientemente la llegada de la señal y los segundos, más pronto se dieron cuenta de que el “jugoso negocio” era sólo para verdaderos “grandes” empresarios; lamentablemente en esto de los medios, la “grandeza” se mide más en “pesos”, que en “ideas”.

QUEDABA ENTONCES todo en manos del “más grande”: Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien a pesar de gozar de una fama buena como empleador, a la hora de poner en juego grandes cantidades de dinero era muy celoso y nada generoso. El negocio no iba bien y era necesario buscar estrategias para obtener las ganancias esperadas. Azcárraga había iniciado la expansión a distintas localidades del país, pero se dio cuenta de que hacerlo solo iba a traer grandes gastos y cierta inseguridad, pues existían dos canales que le hacían competencia, aunque no tuvieran las mismas posibilidades de crecimiento en el corto plazo.

LAS ESTRATEGIAS eran pues: Cubrir con su señal la totalidad del territorio nacional y eliminar la competencia.

EN 1954 Canal 2 y Canal 4 tenían ya una repetidora cada uno en Paso de Cortés, con lo que cubrían algunos estados del centro y oriente del país, pero para el contexto nacional era muy poco.

EN AGUASCALIENTES mientras tanto, las esperanzas de contar con señal crecían. Algunas familias contaban ya con aparatos receptores y al parecer ocasionalmente podían ver… algo. Precisamente los grupos económica y socialmente más poderosos, hacían peticiones al Gobierno del Estado para que éste, a su vez, hiciera lo conducente ante los dueños de las televisoras para tener la señal en el estado.

A MEDIADOS de 1954 apareció en la prensa local un anuncio del sorteo “Pozo de los sueños” del detergente ACE, cuyos primeros premios eran refrigeradores, lavadoras y… televisores. Era un sorteo nacional, pero sin lugar a dudas despertó el interés de la gente que podía adquirir un aparato. Por otra parte, el 20 de mayo apareció en primera plana del periódico El Sol del Centro la nota: “Que dentro de tres meses tendremos ya televisión”. Según el diario, las “fuentes bien enteradas” señalaban que Azcárraga instalaría una estación retransmisora en San Miguel de Allende o en Querétaro y con ella se cubrirían los estados de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes y parte de Jalisco. Pues bien, de cualquier modo, había que esperar.

MIENTRAS TANTO, la segunda estrategia de Azcárraga Vidaurreta, eliminar la competencia estaba configurándose y el 26 de marzo de 1955 se cristalizó con la fusión de los tres canales existentes y la creación de “Telesistema Mexicano”.

Y NO. LA señal no llegó después de esos tres meses, que “fuentes bien enteradas” habían señalado el año anterior, aunque gracias a una de las primeras acciones de Telesistema, que fue levantar 200 metros mas la antena de Paso de Cortés, en 1955 se pudo captar por momentos mas prolongados la señal, pero aún con pésima calidad.

AL INSTALARSE, hasta 1956 la retransmisora en el Zamorano, Querétaro, las esperanzas renacieron, sin embargo, las señales seguían siendo débiles y también se interrumpían por espacios prolongados de tiempo. Para entonces ya podían conseguirse receptores de tv en algunos locales comerciales, sin embargo no había ventas grandes de éstos, los radios seguían siendo los aparatos más buscados. En un buen número de estados, especialmente en la capital de la República, la venta de televisores había repuntado en casi un 200% con respecto a 1954 y en ciudades como Guadalajara, Monterrey y Tijuana había ya canales filiales, con programación local.

PARA 1957 ya había un buen número de repetidoras en el país. Mediando el año, representantes de Telesistema se reunieron con grupos diversos de la sociedad aguascalentense como el Club Rotario, e informaron que se instalaría una estación retransmisora en el Cerro de los Gallos, con equipo de bajo costo que se estaría probando en Aguascalientes. Instalación y equipamiento quedaron concluidos a mediados de octubre y la última semana de ese mes, iniciaron las señales de prueba que fueron un verdadero éxito.

SIN EMBARGO, “nada es gratis”. El primero de noviembre aparecía en El Sol del Centro, en primera plana: “Se ordena que se retire la torre de los Gallos” y el día 3: “Cortaron el canal de TV y hablan de desmantelar la torre repetidora”. Intervino el gobernador; se dijo que era sólo falta de combustible para la planta eléctrica y reinó la confusión. La desconexión duró unas horas, pero fue evidente que se trataba de una especie de chantaje, que se repetiría por algunos días. Azcárraga pretendía que tanto el Gobierno, como los distribuidores e incluso los televidentes, “contribuyeran” para mantener la señal en Aguascalientes, mientras las ventas de publicidad daban para sostener la conservación del servicio. Las aportaciones serían por año y medio. El Gobierno además debía entregar dos plantas eléctricas, casetas para equipo y personal, además de que se mantuviera el camino en condiciones de transitabilidad segura. Para el 10 de noviembre continuaba la zozobra, pero al parecer la señal no volvió a suspenderse, aunque el Gobierno únicamente entregó una planta y el camino. No se volvió a hablar de las aportaciones de los distribuidores o los televidentes, pero a partir de entonces, los anuncios de venta de televisores en la prensa local, aumentaron significativamente.

COMO DATO curioso podemos señalar que entre los comercializadores de televisores, se encontraban los distribuidores de autos: “Autos y Camiones” de la avenida Madero que contaba con un área de electrodomésticos; “Automotriz Ford” de Victoria y Allende y “Automotriz del Centro” en 5 de Mayo y Rivero y Gutiérrez. También se anunciaban la empresa “Radioeléctrica” de Madero 224 y la Agencia RCA Víctor, de Allende 40. Se ofertaban televisores Zenith y Philco. Los precios eran realmente altos.

FINALMENTE LLEGÓ la televisión a Aguascalientes y seguramente en las refriegas entre Gobierno y autoridades de Telesistema, además de los ansiosos televidentes, Azcárraga debió haber comentado: “¿Quieren televisión? Nada es gratis”.