Por Alfonso Morales Castorena

PARA NO variar, ayer en la mañana el tema de la epidemia vacuna siguió en boca de los ciudadanos y de los carniceros, aquellos lamentándose que el problema ya afectó sus bolsillos y estos últimos defendiendo sus intereses comerciales y presumiéndose fieles observadores de las disposiciones municipales para “no vender carne contaminada, así sea que refrigeren por un buen tiempo su producto en buen estado y al final de cuentas, hasta terminen por echárselo al perro, porque hacerse ricos a costillas del pueblo no es su objetivo”, como lo escuché en uno de los locales del mercado Francisco Guel Jiménez.

ENSEGUIDA VINIERON las explicaciones que los carniceros ofrecían para desmentir a sus mismos clientes, sobre el almacenamiento inusual de reses muertas en mal estado en los refrigeradores del rastro municipal, porque los “coyotes” se dieron vuelo “comprando a siete mil pesos cada vaca que se les llevaba”.

“ESO ES TOTALMENTE falso, afirmó el comerciante Juan Serna, el producto que nosotros vendemos está cien por ciento garantizado de que está sano, no contiene bacteria maligna alguna y su precio es el autorizado para cada tipo de carne que nos compran”, tajante aseveración que tuvo en apariencia la virtud de calmar los ánimos de las mujeres que dialogaban con él.

LUEGO NOS enteramos que el DIF Municipal, ya concluida la veda electoral, reinició algunos de sus programas de asistencia social y que desde ayer en la mañana ya está entregando leche, en su presentación de un litro, así como las despensas de cuota, destinadas a mujeres embarazadas, a personas de la tercera edad, sin distingo de sexo, a individuos con capacidades diferentes o discapacitados, como se les conoce en la actualidad y a gente de sectores vulnerables de la comunidad.

LA SUSPENSIÓN de tales apoyos, según nos comentaron directivos de la misma dependencia municipal, pero que nos solicitaron la omisión de sus identidades por temor a represalias, se habían suspendido en acato a las disposiciones de las autoridades electorales, pero en cuanto los comicios llegaron a su fin, los programas de asistencia social volvieron a activarse y pidieron a los beneficiarios que pasaran por su apoyo alimenticio lo más pronto posible.

TAMBIÉN CONOCIMOS que ayer en la madrugada los bomberos municipales pusieron en juego los conocimientos que adquirieron con la visita de sus homólogos de Costa Rica y Honduras, al acudir a sofocar un incendio de tipo forestal a la comunidad de Cerrito Alto, que consumió varias hectáreas, pero que en apariencia no cobró vida humana alguna.

LOS APAGAFUEGO utilizaron su nuevo equipo portátil para enfrentar a su enemigo por antonomasia y armados de las conocidas por ellos como “bombas de extinción”, en cuestión de minutos tomaron el control de la situación, extinguieron las llamas y terminaron con el avance del ígneo elemento, que amenazaba con desplazarse a una zona arbolada del predio.

EL COMANDANTE de los uniformados, que por modestia omitió su identidad, nos dijo que este tipo de artefactos, lo último en tecnología de punta para acabar con el fuego, se usan en incendios pequeños y compactos, como el ocurrido ayer en la madrugada, que aparte de aislar las llamas, bañan el entorno con su compuesto químico para evitar que se posesionen del lugar y continúen avanzando “por eso nos fue fácil acabar con esa amenaza en cuestión de minutos”.

SE LE PREGUNTÓ si acaso no había sido producto de la quema de alguna res muerta por la epidemia que azota en la comunidad y nos comentó, con conocimiento de causa, que no fue así, el fuego se originó porque alguien dejó parte de una fogata encendida y las brasas, al encontrar el campo propicio para crecer, causaron el problema “pero nada que no pudiera controlarse enseguida”. Y con la satisfacción del deber cumplido, rindió parte de “sin novedad a sus superiores”.