Apuntes sobre la Revolución Cubana

Por Carlos Alberto Sánchez Villegas *

“El abanderado”, de Raúl Martínez, 1970

“El abanderado”, de Raúl Martínez, 1970

ESTIMADO LECTOR como cada enero de cada año recordamos un aniversario más de la Revolución Cubana, uno de los sucesos más relevantes para América Latina y el resto del mundo. A partir de entonces Cuba se convertiría en uno de los únicos estados socialistas en América, y en el más cercano a Estados Unidos. La pequeña isla sería pieza importante dentro de los hechos de la Guerra Fría, y sobre todo la Revolución traería una transformación importante para la sociedad cubana.

EL NOMBRE de Fidel Castro saltó a la luz el 26 de junio de 1953 con el intento de asalto al cuartel de Moncada, donde fue capturado y puesto en prisión junto con colaboradores y su hermano Raúl. Anteriormente Castro ya había escrito en contra del gobierno de Fulgencio Batista considerándolo ilegal e improcedente, pero no fue hasta el asalto de Moncada donde la mayoría de la sociedad cubana lo conoció plenamente.

 PARA ENTENDER mejor los sucesos que se desarrollaron en los años 1953-58, debemos conocer un poco más sobre quién fue Fulgencio Batista; normalmente sólo lo conocemos entre líneas como el dictador al que Castro derrocó, pero no sabemos un poco más de él. Batista fue uno de los principales generales y protagonista de la Revolución de 1933 que terminó con el gobierno de Carlos Céspedes. A partir de entonces fue una figura política de mayor importancia en la isla y fungió como primer presidente constitucional (1940-1944) tras la declaración de la Constitución de 1940. Batista gozaba de un gran prestigio en el ejército y fue él quien introdujo las reformas más importantes dentro del mismo. A su llegada al poder en la década de 1950, tenía una gran aceptación por parte de varios sectores de la población cubana. (1)

OTRO REFERENTE importante fueron las elecciones presidenciales de 1952, donde el candidato favorito Eduardo Chibás, del Partido Ortodoxo, se suicidó en medio de la campaña presidencial dejando un ambiente de expectación; dentro de las mismas elecciones Batista figuraba como uno de los candidatos, aunque no con muchas posibilidades de ganar, así como Castro era seguidor de Chibás. Al ver que no tenía opciones de llegar a la presidencia por la vía electoral, Batista organizó desde el seno del ejército un golpe de estado contra el presidente en funciones, Carlos Prío Socarrás, el 10 de marzo de 1952.

AL PRINCIPIO la sociedad cubana reaccionó con calma a la llegada de Batista al poder, pero poco a poco varios personajes levantaron la voz en su contra por considerar ilegal su gobierno, entre ellos, como ya lo mencionamos, se encontraba Fidel Castro, que comenzó a escribir en diversos diarios en contra de la dictadura. Con el gobierno de Batista también se dio una mayor relación con los Estados Unidos ya que éste se adueñó de varios sectores industriales y casi toda la producción agrícola de la isla se destinó a Norteamérica.

A PARTIR del asalto de Moncada el movimiento encabezado por Castro se le conoció como “Movimiento 26 de junio”. Es el 2 de diciembre de 1956 cuando Castro zarpa de México junto con 82 miembros de este movimiento para iniciar la Revolución que acabaría por derrocar a Batista en enero de 1958. Estos hechos pondrían a la sociedad cubana en una intensa actividad política entre los que apoyaban el derrocamiento de Batista por la vía armada y los que pensaban que el camino era por la vía pacífica y legal.

ES IMPORTANTE observar que tanto Castro y Batista ponían como base de su ideología política la Revolución de 1933, ambos recurrían a ella para fundamentar sus acciones y sus planes. Castro consideraba que Batista había traicionado esta primer Revolución, por su parte Batista se presentaba como el protector de está. Batista huyó primero a República Dominicana tras su derrocamiento, después se trasladó a Portugal y España, donde murió en el año de 1973.

POR SU parte Fidel Castro llegó al poder en Cuba iniciando un proceso de trasformación en su población, un proceso que aún podemos observar en el presente. La instauración del socialismo en Cuba fue en su momento estigmatizado por Estados Unidos y presentado ante la comunidad internacional como una aberración, sin embargo, hoy en día podemos ver la Revolución Cubana no como algo malo sino como un agente de transformación, un factor de identidad para los cubanos y su sociedad.

Nota

  1. Rojas, Rafael, Historia mínima de la Revolución Cubana, El Colegio de México, 2015, p.25.

* Historiador, escritor y columnista. Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.