Por Jorge Arturo Ferreira Garnica

De las Posaditas a la Festividad de las Candelas

Podemos ubicar ya a aquellos distinguidos militantes partidistas que desean ser nominados para una candidatura para diputado local

Podemos ubicar ya a aquellos distinguidos militantes partidistas que desean ser nominados para una candidatura para diputado local

PASÓ EL día de los Reyes Magos y con él prácticamente concluyeron los festejos navideños, salvo para aquellos que la diosa fortuna les obsequió un muñequito el día que se partió la tradicional rosca con la que se le rinde homenaje a esos personajes bíblicos, en particular por todos aquellos creyentes que aún conservan esos tan respetables como piadosos rituales, y cuya añeja costumbre consiste en ofrecer una austera cena con tamales y atole, el día 2 de febrero. Noche en la que tradicionalmente se llevaba a cabo la ceremonia del levantamiento del niño Jesús. Esta fiesta ampliamente conocida como de “La Candelaria”, tiene otro u otros significados. El de mayor importancia es el de la presentación del Niño Dios en el Templo de Jerusalén, seguido de La Purificación de María o Fiesta de la Luz, también llamada La fiesta de las Candelas.

TODOS ESTOS nombres convergen en uno solo que expresan el significado de la fiesta de Cristo, cuando es presentado por su Madre en el Templo, y que según las escrituras viene a iluminar a todos con velas o candelas, de donde se dice surgió su nombre, y a su vez los nombres de Cándido y Candelario, que entre paréntesis, es el día en que yo nací. Pero no me bautizaron con ninguno de ambos nombres, pues le pusieron Jorge al niño. Con este simbólico ritual concluye toda la festividad navideña.

LUEGO DE tanto brindis, abrazos, cenas, posadas, comidas, buenos propósitos y muchas falsedades y hasta traiciones seguidas de un largo etcétera, etcétera, todos los mexicanos, incluidos los aguascalentenses volvemos a nuestras actividades cotidianas. Actividades entre las que destaca con mayor énfasis, luego del rítmico y contagioso cántico de los villancicos navideños, las aspiraciones de quienes quieren seguir en la nómina oficial. Por un lado están aquellos diputados locales, que quieren ser reelectos luego de un productivo desempeño legislativo, y por supuesto de consultar infatigablemente en los distritos que representan, a todos sus electores sobre todos aquellos asuntos que aprobaron en el pleno del Congreso local durante el lapso señalado, incluso la recién enviada ley de Movilidad, que es como la cereza del pastel del primer año de gobierno de Martín Orozco, que de tan productivo ya está inscrito en los anales de la historia política de nuestro querido Agüitas. Consultas que sin duda alguna les habrán de refrendar el voto para ratificarlos tres años más con su jugosa dieta como premio a su destacada aportación a la democracia, por ser tan incluyentes con los electores en su toma de decisiones.

POR OTRO lado podemos ubicar, aquellos distinguidos militantes partidistas, que desean ser nominados para una candidatura ya sea para diputado local, y si los méritos y su dirigencia lo permiten, pues una para diputado federal, y si así es, pues ya ni modo; o de perdis para senador, que son las que están en juego para esta elección, junto con la de Presidente de la República. En otro punto cardinal, está la novedad de las candidaturas ciudadanas, que bien a bien, no sé realmente si funcionarán o no, pero que conforme a la última vacilada de los legisladores federales, que con gran solemnidad y formalidad denominaron reforma electoral de gran calado, fueron aprobadas y festejadas como la gran aportación a nuestra incipiente, vulnerable, deshonrada y desprestigiada democracia. Reforma que todos sabemos fue una moneda de cambio por apoyar el Pacto por México que impulso Peña Nieto y su caterva de pillos almidonados.

ESTE TAN cacareado como discutible pacto, fue firmado entre un derroche de propaganda y publicidad en todos los medios de comunicación del país, el 2 de diciembre del 2012 en el Castillo de Chapultepec, avalado por supuesto por el PRI, el PAN, el PRD, y a toro pasado el Verde Ecologista. Este documento de marras, ofrecía como plato fuerte, profundizar en el proceso democrático del país, con base en tres puntos torales: El fortalecimiento del Estado Mexicano, que no se concretó. La democratización de la economía y la política, con un énfasis en la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales, que tampoco se logró y por último, la participación de los ciudadanos como actores esenciales en el diseño, la ejecución y la evaluación de políticas públicas, que tampoco se pudo cumplir. En suma, que fue más el ruido, porque nueces no las hubo.

LO QUE SI se logró en este sexenio, además de la multiplicación de los pobres la delincuencia y la violencia, fue subastar nuestro país en partecitas cada vez más grandes y significativas, es decir, grandes gajos de nuestra riqueza. De la que sobresale el desmantelamiento o remate de nuestra industria petrolera. Remate del cual, tanto se ufanaron y siguen ufanándose nuestros políticos, sí, esos patéticos patriotas de pacotilla, con el vil engaño de que nos habría de traer beneficios económicos incuantificables a todos los mexicanos. Beneficios que seguiremos esperando in secula seculorum. ¡Vaya cinismo! Vender la industria cuyo costo de su nacionalización fue pagada no únicamente con nuestros impuestos, sino también con la contribución voluntaria que de manera espontánea aportó el pueblo mexicano, en aquella gesta memorable e histórica de apoyo al Presidente Cárdenas, este sí, un verdadero patriota. Pueblo al que nunca nos preguntaron si estábamos de acuerdo en subastar nuestro gas y nuestro petróleo. Tan sólo en este descarado latrocinio público, se pisotearon los tres puntos torales del fracasado Pacto por México. No cabe duda que nuestra falta de memoria histórica, además de ser “la parte que nos falta, es la falta que nos parte”, frase tomada de Alejandro Jodorovsky.

SE DEBILITÓ el Estado Mexicano puesto que su proyecto rematador del país se les revirtió.

LA DEMOCRATIZACIÓN de la economía y la política, con un énfasis en la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales, quedó totalmente anulado con la recalcitrante idea de continuar en la línea de la política neoliberal, que ha demostrado su fracaso absoluto, y cuyo ejemplo vivo es esa multiplicación de la pobreza que tanto he venido citando.

LA PARTICIPACIÓN de los ciudadanos como actores esenciales en el diseño, la ejecución y la evaluación de políticas públicas, quedó en mero enunciado, pues el remate de nuestra riqueza natural como el gas y el petróleo, jamás pasó por uno de los instrumentos de la democracia como lo es la ley de participación ciudadana, que contempla la consulta ciudadana para dar legitimidad a las decisiones del Poder Ejecutivo y no a través de un pacto signado entre partidos.

¡VIVA MÉXICO traidores!

PERO MEJOR y más sano es recordar cómo era nuestra celebración de los Reyes Magos, es decir, por allá a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, cuando éramos unos inocentes infantes, y nuestra conversación no era otra que preguntar: ¿Qué le vas a pedir a los Reyes Magos? Y se soltaba cada quien con una muy breve lista de juguetes de los pocos que se fabricaban en aquél tiempo. Recuerdo una maquinita de vapor, hecha de hoja de lata, pintada en negro con verde y muy bien decorada en todas sus partes mecánicas, como lo eran sus bielas, sus enormes ruedas de acero, su campana y su chacuaco o chimenea por donde salía el humo, con su maquinista y su fogonero asomándose por la ventanilla. Era de cuerda, y podía recorrer cinco o seis metros.

EN ESA OCASIÓN yo había pedido un trenecito eléctrico, porque ya se vendían en las tiendas de prestigio de la Ciudad de México y eran el asombro, la emoción y el deseo de todo niño, pero los Reyes cuando llegaban a mi hogar, o ya habían gastado mucho en todos los otros niños, y no les alcanzó para mi trenecito eléctrico, o quizá mi comportamiento no lo justificó. En otra ocasión pedí unos patines y eso sí me fue concedido, quizá porque ese año si me porte a la altura de las circunstancias familiares.

ASÍ FUE año tras año, hasta que llegué a la edad en la que dejé de ser niño para entrar a esa etapa de la vida en que se comienza a definir la personalidad y el carácter para luego hacerle frente a la realidad. Bonita etapa de la vida de todo ser humano, y con todo y que ahora las costumbres son diferentes, todavía es un trayecto de nuestra existencia en el que los niños de ahora se emocionan, gozan y ríen como los de aquella época. En muchos hogares no llegaban los regalos de los magos, pero no eran tantos como los de ahora.

AHORA SON los políticos los que hacen su cartita a los Reyes Magos para pedirles una curul, pero como a los niños, todos los que se portaron mal no les llegará tan anhelado regalo. Quizá los beneficiarios indirectos sean aquellos ciudadanos que aprovechando la nueva figura de las candidaturas ciudadanas, los Reyes les traigan su anhelado juguete. No estaría mal que así fuese, para que los partidos y sus “consentidos” recibieran una lección por parte de nosotros los electores, votando por personas que aún no han sido tocadas por la mano negra de la corrupción y la perversidad, pero que sin duda alguna serán presa de ese contagioso virus a la hora de que tengan que tomar decisiones, salvo que su formación y principios éticos y morales los mantengan incólumes ante las reiteradas y provocativas tentaciones lanzadas desde las altas esferas del poder.

ESTE AÑO no me trajeron nada los Reyes Magos, pero sí la adversidad, que me dobló con una bronquitis de aquellas que lo mandan a uno a la cama.

HASTA LA próxima.