Don Quijote: Cervantino Antimorisco (Primera Parte)

Por Alejandro Guadalupe Fierros Benítez

TODA PRODUCCIÓN humana está determinada por el tiempo histórico en el cual es engendrada y su autor no está menos condicionado por el espacio y el momento en que vive. Esto es válido tanto para la ciencia como para el arte, y esto último es lo que me ocupa en esta ocasión. El arte es el medio predilecto para expresar sentimientos, emociones, preocupaciones, ideas; pero es al mismo tiempo una forma de representación de la realidad, reflejo de una sociedad en un tiempo determinado. Con esto en mente pretendo hacer un análisis, aunque escueto, sobre la postura que Miguel de Cervantes tiene sobre el moro, aquella que fue plasmada en su magna obra Don Quijote de la Mancha.

EL PRIMER paso a dar consiste en esbozar la vida de Cervantes puesto que ahí se encuentran elementos imprescindibles a la hora de analizar su obra y particularmente el caso que ocupa en este momento. Sabemos que Miguel de Cervantes Saavedra fue bautizado en la parroquia de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares el 9 de octubre de 1547, siendo probable que hubiese nacido el 29 de septiembre, día de San Miguel. Hijo de Rodrigo de Cervantes, modesto cirujano, y de Leonor de Cortinas, siendo el cuarto de siete hijos que tuvo este matrimonio. Poco se sabe, a decir de Martín de Riquer, sobre los primeros estudios de Cervantes pero es seguro que no llegaron a ser universitarios; al parecer sus primeros estudios los hizo en Valladolid, en Córdoba o en Sevilla, probablemente en la Compañía de Jesús. En 1566 Cervantes vive en Madrid junto a su familia, donde el manco de Lepanto asistió al “Estudio de la Villa regentado por el catedrático de gramática Juan López de Hoyos, quien en 1569 publicó un libro sobre la enfermedad, muerte y exequias de la reina doña Isabel de Valois (tercera esposa de Felipe II)”, fallecida el año anterior, donde se incluyeron tres poesías escritas por Miguel de Cervantes, siendo las primeras manifestaciones literarias que de él se conocen. (1)

PARA EL año de 1571 Cervantes se embarcó en la galera Marquesa, en la compañía del capitán Diego de Urbina, y el 7 de octubre del mismo año “se halló en la acción de Lepanto, formando parte de la armada cristiana mandada por don Juan de Austria”. (2) De esta batalla Cervantes salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en la mano izquierda, la cual quedó anquilosada. Sin embargo, una vez curado volvió a las andadas militares.

Don Quijote de la Mancha, litografía de Gustavo Doré

Don Quijote de la Mancha, litografía de Gustavo Doré

EN SU REGRESO de Nápoles a España en septiembre de 1575 fue hecho preso junto a su hermano Rodrigo, entre algunos cuantos más, por una flotilla turca, con la cual se enfrentaron en la actualmente llamada Costa Brava, en la zona costera de España. Fueron llevados a Argel y gracias a que Cervantes tenía una carta de recomendación de don Juan de Austria y del Duque de Sessa, sus captores vieron la posibilidad de conseguir una buena suma de dinero por su rescate. Cinco años duraría cautivo Cervantes en tierras moriscas, tiempo en el cual intentó varias veces escapar aunque sin éxito. Su primer intento de fuga “fracasó porque el moro que debía guiar a Cervantes y a sus compañeros a Orán (plaza española), los abandonó en la primera jornada”, por lo cual los cautivos se vieron obligados a regresar a Argel, donde fueron encadenados y vigilados con mayor rigor. (3) Esto es importante ya que las impresiones que Cervantes se generó sobre los moros (4) se fundamentan tanto en estos episodios de su vida como de la opinión que los españoles en general tenían acerca de aquellas gentes durante los siglos XVI y XVII.

HASTA AQUÍ es suficiente respecto a la vida de Cervantes, quien quiera saber más basta con que se remita al texto de Martín de Riquer ya citado, además de que existe una numerosa bibliografía sobre la vida y obra de nuestro autor. Sobre la elaboración del Quijote basta con mencionar que se trata de una novela satírica de los libros de caballerías, dividida en dos partes, dos obras independientes entre sí en su concepción y desarrollo “…con unidad de tema y personajes (creados originalmente en la primera; recogidos en la segunda desde una preexistencia) (…) dos obras donde se respira una atmósfera espiritual diferente”. (5) La primera parte fue publicada en 1605, mientras que la segunda lo fue en 1615, un año antes de que Cervantes falleciera.

SOBRE EL contexto histórico de la composición del Quijote, es probable que su fecha de elaboración date de entre las últimas dos décadas del siglo XVI y los primeros años del siglo XVII ya que recordemos la primera parte se publicó en 1605. La era de los descubrimientos abarcó del siglo XV a principios del siglo XVII aproximadamente, tiempo en el cual el hombre occidental se volvió sobre sí mismo en un renacer filosófico, científico, artístico y espiritual. En España, por su parte, durante el reinado de los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en el último tercio del siglo XV, “comenzó un proceso de creación de unidad política, administrativa, cultural y religiosa, que perduraría con sus altibajos hasta la España del general Francisco Franco, muerto en 1976”. Durante este periodo la religión fue el factor de legitimación y unificación por excelencia, y durante los reinados de Carlos V, Felipe II y Felipe III, bajo los cuales vivió Cervantes, la defensa del catolicismo permitió la consolidación del imperio español como paladín de la Contrarreforma católica ante los embustes del protestantismo luterano y calvinista. (6) No hay que perder de vista que San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, era español, y su orden religiosa, de tinte militar, fue una de las armas principales que la Iglesia Católica tuvo durante este periodo para combatir el protestantismo.

LA HISTORIA del Quijote comienza cuando el protagonista, un hidalgo con pocos medios de fortuna, avecindado en un lugar de la Mancha, llegando a los 50 años de edad, intenta revivir el oficio de la caballería andante como desvarío por su afición y apasionada lectura de los libros de caballerías. Así seguiremos de cerca las aventuras del hidalgo manchego quien, junto a su fiel escudero Sancho Panza, vivirá innumerables episodios, trágicos para él pero cómicos para el lector, ya que en sus andadas lo vemos salir golpeado, pisoteado, malherido, alucinando encantamientos de hechiceros que según él lo persiguen para que no cumpla sus objetivos.

UNA VEZ dicho esto es momento de hablar del asunto que me ocupa. Pocos son los personajes no católicos, o mejor dicho cristianos, que aparecen en la novela, el primero de ellos en aparecer es el mismo relator de la historia que Cervantes inventa, un sabio árabe llamado Cide Hamete Benengeli, (7) quien fuera el historiador de la vida de don Quijote. No vemos otra alusión a moros, fuera de las constantes que se hacen de Cide Hamete, hasta el capítulo XXXVII, cuando entran a una venta en la cual se encuentran don Quijote y Sancho dos personas cuyos vestidos dan fe de su procedencia: un hombre y una mujer que vienen de tierras musulmanas. De estas personas sabremos en el capítulo XXXIX cuando se cuenta la historia de dichas personas: se trata de un soldado español que fue cautivo en Argel y la hija de un “moro principal” de aquellas tierras. En dicha historia Cervantes nos cuenta de manera ficticia parte de lo que a él le sucedió cuando estuvo en cautiverio como quedó escrito líneas arriba; pero lo que interesa aquí es señalar la manera en que se pinta a los musulmanes. Así, mientras el cautivo va relatando el enfrentamiento entre la flota en la que viajaba con la escuadra enemiga nos dice que…

“…MURIERON EN estas dos fuerzas muchas personas de cuenta, de las cuales fue una Pagán de Oria, caballero del hábito de San Juan, de condición generoso, como lo mostró la suma liberalidad que usó con su hermano el famoso Juan Andrea de Oria; y lo que más hizo lastimosa su muerte fue haber muerto a manos de unos alárabes de quien se fió (sic), viendo ya perdido el fuerte, se ofrecieron de llevarle en hábito de moro a Tabarca, (…), los cuales alárabes le cortaron la cabeza y se la trujeron (sic) al general de la armada turquesca…” (8)

DE ESTA manera se genera presenta una idea estereotipada de los musulmanes en el Quijote, quienes tienen por fuerza ser mentirosos, crueles y traidores.

PIDO AQUÍ se me perdone intercalar la obra del Quijote con otra del mismo Cervantes, la comedia Los baños de Argel, que guarda estrecha relación con esta historia del cautivo que aparece en el Quijote ya que los personajes del cautivo y Zoraida, su romance y huida, son esencialmente iguales a Zahara y Don Lope. En esta obra, en el tercer acto, cuando el Cadí va a sentenciar al infante Francisquito, cristiano cautivo, a quien aplica una tortura que termina con su muerte, Hazán, rey de Argel le dice al Cadí que “Pues no te canses, que es español, y no podrán tus mañas, tus iras, tus castigos, tus promesas, a hacerle torcer de propósito. ¡Qué mal conoces la canalla terca, porfiada, feroz, fiera, arrogante, pertinaz, indomable y atrevida! Antes que moro le verás sin vida”. (9) Contrasta entonces al cristiano con el moro: mientras que éste último es capaz de torturar y asesinar a un infante inocente, aquel tiene tal convicción religiosa que no titubea en dar su vida antes que renegar de su fe, nada más admirable para un español de aquellos años que dar su vida por Cristo. En esta misma obra, cuando la mora Zahara planea su escape de Argel con Don Lope, ella le dice que “No es bien que se descompongan con moras labios cristianos”, (10) lo que puede verse fácilmente como una clara separación entre ambas comunidades, tajante, ya que el amor entre ambos sólo puede efectuarse gracias a que Zahara reniega de su fe para convertirse al cristianismo, mencionando que esto lo hace por la revelación de la Virgen María para con ella, por lo cual anhela el bautizo y cambiar su nombre por el de María. (11)

Notas

1. Riquer, Martín de, “Cervantes y el “Quijote”” en Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, Edición del IV Centenario, Alfaguara-Real Academia Española-Asociación de Academias de la Lengua Española, México, 2005, p. XLV.
2. Ibíd., p. XLVI. Recordemos que la batalla de Lepanto fue un enfrentamiento naval entre la Liga Santa (España, Venecia y los Estados Pontificios) y el imperio turco para detener el avance de éste último en el mediterráneo.
3. Ibíd., p. XLVII
4. El término “moro” hace referencia tanto a los musulmanes que habitaron España entre los siglos VIII y XV como a los habitantes del África septentrional, frontera con España, zona musulmana.
5. Ayala, Francisco, “La invención del ‘Quijote’”, en Cervantes…, Óp. Cit., p. XLIII
6. Giraldo Herrera, Paola, “Identidad e interculturalidad en el discurso cervantino – una otra lectura de Don Quijote desde la otredad-“ en http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero34/intercer.html consultado el 12 de marzo de 2017
7. http://elpais.com/diario/2005/12/31/babelia/1135990219_850215.html consultado 12-3-2017
8 Cervantes, Óp. Cit., p. 406
9. Cervantes, Miguel de, Los baños de Argel, p. 63 http://miguelde.cervantes.com/pdf/Los%20Banos%20de%20Argel.pdf consultado 12-3-2017.
10. Ibíd., p. 68
11. “Los amores de una princesa mora y un cristiano cautivo eran en España tema conocido desde la leyenda medieval de los Infantes de Lara.”, Don Quijote…, Óp. Cit., p. 416, nota a pie de página